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Así ha sido el primer día de MADRID CENTRAL
Madrid Central no fue la primera zona de bajas emisiones de España,[2] ya que Pontevedra había creado efectivamente una zona de este tipo al peatonalizar gran parte del centro de su ciudad. Barcelona anunció la implantación de una zona de bajas emisiones a partir de principios de 2020.
Antes de la introducción del plan Madrid Central, ya se había restringido el tráfico en la ciudad y se había dado prioridad a los coches de los residentes para aparcar en las Áreas de Prioridad Residencial. (Área de Prioridad Residencial o APR).
Madrid Central fue aprobado por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid el 29 de octubre de 2018[3] Su inauguración estaba inicialmente prevista para el 23 de noviembre de 2018, pero se retrasó hasta el 30 de noviembre de 2018 debido a la petición de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE para que la aplicación del protocolo no coincidiera con el Black Friday[4][5].
A excepción de los residentes e invitados, se restringió el tráfico de vehículos a los eléctricos o híbridos,[6] con un periodo transitorio hasta 2020 que daba acceso adicional a los vehículos diésel y gasolina con la condición de aparcar en una plaza.
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El plan, que fue introducido por la anterior alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, fue criticado por el actual alcalde José Luis Martínez-Almeida cuando estaba en la oposición. La LEZ fue acusada de no haber pasado por los procesos adecuados y de no tener en cuenta los impactos económicos significativos. La teniente de alcalde de Madrid, Begona Villacis, dijo: “El plan de Madrid Central para crear una zona de bajas emisiones podría [haber sido] una buena idea… pero se ejecutó de forma muy chapucera”.
El grupo ecologista Ecologistas en Acción había luchado por mantener la normativa en vigor, pero el tribunal rechazó su recurso. Adrián Fernández, de Greenpeace España, declaró: “La suspensión de esta zona de bajas emisiones, una de las más ambiciosas y eficaces de Europa, deja a los madrileños expuestos a los riesgos que la contaminación del tráfico genera para su salud y el medio ambiente”.
A pesar de la sentencia del Tribunal Supremo, la alcaldesa ha indicado que la zona se mantendrá “hasta que la sentencia sea firme”, y que los infractores seguirán siendo sancionados con una multa de 90 euros si entran en la zona con un vehículo restringido. Además, el alcalde declaró que la administración de la ciudad tiene un nuevo plan de LEZ que se anunciará pronto. Según un artículo publicado recientemente en el periódico español El País, la administración municipal presentará un plan que ampliará la zona actual, pasando de 472 a 5.890 hectáreas.
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Las ciudades que quieren aumentar la recaudación en tiendas y restaurantes deberían restringir el acceso a los automovilistas, según sugiere un nuevo estudio. Madrid cerró su distrito comercial central a los coches por primera vez durante el período de Navidad de 2018 y un análisis informado por el segundo banco más grande de España ha encontrado que, año tras año, las transacciones de caja se impulsaron significativamente por la medida. El cierre también tuvo otro beneficio: un aire más limpio.
Veinte millones de transacciones anonimizadas fueron analizadas por el banco y el Ayuntamiento de Madrid, y se descubrió que la decisión de limitar el acceso por carretera al centro de la ciudad por parte de los automovilistas provocó un aumento del 9,5% en la recaudación de los comercios en la principal calle comercial de Madrid, la Gran Vía.
El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria -más conocido como BBVA- comparó la recaudación de 2018 con los datos del comercio minorista de dos periodos navideños anteriores, y descubrió un aumento del gasto del 3,3% en todo Madrid gracias a la restricción del uso del coche en la zona centro. El estudio, realizado en asociación con el Ayuntamiento de Madrid, midió las ventas entre el 1 de diciembre de 2018 y el 7 de enero de 2019.
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El viernes pasado entró en vigor el nuevo y estricto control de emisiones de vehículos de Madrid, que ha provocado un descenso del tráfico de casi el 32% en algunas zonas de la ciudad, informa El País. La nueva normativa impone estrictas restricciones a los vehículos que pueden entrar en un área de algo menos de tres kilómetros cuadrados en el centro de la ciudad. El plan, conocido como Madrid Central, es un intento de reducir los niveles de dióxido de nitrógeno de la ciudad, que han superado los límites europeos desde 2010 y se cree que causan unas 3.000 muertes prematuras al año, según un estudio.
El descenso exacto del tráfico varió entre las distintas áreas de la zona. Un área, San Bernardo, vio una modesta reducción de poco más del 5 por ciento, mientras que la Gran Vía vio la mayor reducción del 31,8 por ciento. Aunque Reuters informa de que el tráfico sigue siendo intenso en el perímetro de la zona, El País afirma que incluso allí los niveles de tráfico descendieron entre un 1 y un 2 por ciento. La ausencia de atascos también ha beneficiado al transporte público, ya que la velocidad de los autobuses en una de las carreteras ha aumentado un 14%.
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