▷ A favor de la globalizacion | Actualizado octubre 2024

dé cinco argumentos a favor de la globalización

Aunque la globalización es generalmente buena para el crecimiento económico, los beneficios están sujetos a rendimientos marginales decrecientes, según un estudio reciente de 147 países entre 1970 y 2014. El estudio analiza cómo la globalización afecta a la distribución de los ingresos entre los países y dentro de ellos.

El documento de trabajo del FMI La distribución de los beneficios de la globalización, elaborado por Marina Mendes Tavares y Valentin F. Lang, revela que en las economías ricas, la globalización sigue representando una fuente de crecimiento económico, pero los beneficios esperados son menores que en las economías pobres y de mercados emergentes, donde la globalización aumenta el bienestar económico y reduce la pobreza.

Nuestro Gráfico de la Semana muestra que los efectos de la globalización en el crecimiento de un país dependen fundamentalmente del grado de integración de la nación en la economía mundial. La mayoría de los países de renta baja y de mercados emergentes están aún lejos de los niveles de integración que ya han alcanzado las economías avanzadas. Cuanto menos conectado esté un país a la economía mundial, mayor será el impacto positivo de la creciente globalización.

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IntroducciónLa globalización ha sido una bendición para las empresas, los consumidores y la economía occidental en su conjunto. Ahora, sin embargo, corremos el riesgo de que se produzca una reacción contra la globalización y todas las oportunidades que la creciente libertad económica nos ha proporcionado en las últimas décadas. Hay una nueva ansiedad que recorre las sociedades occidentales y que pone en tela de juicio las percepciones anteriores sobre un comercio más libre como algo que beneficia a todos los países. Más bien prolifera la sospecha de que la globalización puede haber sido estupenda para algunos países, pero no para otros, y que son los países ricos de Occidente los que han sacado la paja más corta.

En la visión del mundo del Presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, “otros países se han aprovechado de Estados Unidos” y este tipo de opiniones se alimentan de las crecientes dudas sobre que la globalización proporcione mejores niveles de vida a los habitantes de las economías occidentales. Este tipo de argumentos suele partir del crecimiento comercial notablemente rápido de China desde finales de la década de 1990, y concluye que, si bien es evidente que el periodo transcurrido desde entonces hasta ahora ha elevado el nivel de vida en China y otras economías emergentes, lo ha hecho a costa de los trabajadores de cuello azul de las economías desarrolladas. En otras palabras, China ha vaciado el sector manufacturero de Europa y Norteamérica. Para algunos, esa es también la principal fuente de ira política en Occidente: las recientes revueltas en las elecciones europeas y estadounidenses han sido la forma en que “los perdedores del libre comercio” se han vengado de las culpas del “establishment pro-globalización”.

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La globalización es un término utilizado para describir cómo los países, las personas y las empresas de todo el mundo están cada vez más interconectados, ya que fuerzas como la tecnología, el transporte, los medios de comunicación y las finanzas globales facilitan que los bienes, los servicios, las ideas y las personas crucen las fronteras y los límites tradicionales. La globalización ofrece tanto beneficios como desafíos. Puede proporcionar una enorme oportunidad de crecimiento económico para mejorar la calidad de vida de muchas personas. También puede plantear retos para el bienestar de los trabajadores, las economías y el medio ambiente, ya que las empresas se globalizan y trasladan sus operaciones entre países para aprovechar los menores costes de hacer negocios en otras regiones del mundo.

La globalización crea oportunidades para que muchos países experimenten un crecimiento económico. El crecimiento económico es el aumento de la cantidad de bienes y servicios producidos por una economía a lo largo del tiempo. Se mide convencionalmente como una variación porcentual del Producto Interior Bruto (PIB) o del Producto Nacional Bruto (PNB). Estas dos medidas, que se calculan de forma ligeramente diferente, suman las cantidades pagadas por los bienes y servicios que produce un país. Como ejemplo de medición del crecimiento económico, un país que crea 9.000.000 de dólares en bienes y servicios en 2010 y luego crea 9.090.000 dólares en 2011 tiene una tasa de crecimiento económico nominal del 1 por ciento para 2011.

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La globalización y la economía de la UEEl progreso tecnológico, la reducción de los costes de transporte y la liberalización de las políticas en la Unión Europea y en otros lugares han provocado un aumento de los flujos comerciales y financieros entre países. Esto tiene importantes implicaciones para el funcionamiento de la economía de la UE.

Gracias a la globalización, las empresas de la UE tienen un acceso más fácil a mercados nuevos y en expansión y a fuentes de financiación y tecnología. Los consumidores de la UE tienen acceso a una mayor variedad de productos a precios más bajos. Y la UE puede obtener importantes beneficios, como mayores niveles de productividad y salarios reales.

La Comisión Europea calcula que alrededor de una quinta parte del aumento del nivel de vida de la UE-15 (países con pertenencia a la UE antes de 2004) en los últimos 50 años es atribuible a la integración económica mundial. Por eso se ha mostrado firmemente a favor de una mayor apertura económica.

La opinión pública suele asociar la globalización con la pérdida de puestos de trabajo y la presión a la baja sobre los salarios y las condiciones laborales. Estas inquietudes se basan en el temor de que el aumento de la competencia de los países con salarios bajos ejerza una presión excesiva sobre los productores y trabajadores locales y pueda provocar el cierre de fábricas en su país. Aunque estas comprensibles preocupaciones no son nuevas, parece que se han acentuado con la rápida aparición de China e India en la escena comercial mundial. Además, el uso generalizado de las tecnologías de la información erosiona cada vez más los límites entre lo que puede y no puede comercializarse.