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temperatura del fuego
Una llama (del latín flamma) es la parte visible y gaseosa de un incendio. Se produce por una reacción química altamente exotérmica que tiene lugar en una zona delgada[1]. Las llamas muy calientes son lo suficientemente calientes como para tener componentes gaseosos ionizados de densidad suficiente para ser considerados plasma[vague][citation needed].
Se pueden utilizar otros oxidantes además del oxígeno para producir una llama. El hidrógeno que arde en cloro produce una llama y en el proceso emite cloruro de hidrógeno (HCl) gaseoso como producto de la combustión[3] Otra de las muchas combinaciones químicas posibles es la de hidracina y tetróxido de nitrógeno, que es hipergólico y se utiliza comúnmente en los motores de cohetes. Los fluoropolímeros pueden utilizarse para suministrar flúor como oxidante de los combustibles metálicos, por ejemplo, en la composición magnesio/teflón/vitón.
La cinética química que se produce en la llama es muy compleja y suele implicar un gran número de reacciones químicas y especies intermedias, la mayoría de ellas radicales. Por ejemplo, un conocido esquema de cinética química, GRI-Mech,[4] utiliza 53 especies y 325 reacciones elementales para describir la combustión del biogás.
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Una llama (del latín flamma) es la parte visible y gaseosa de un incendio. Se produce por una reacción química altamente exotérmica que tiene lugar en una zona delgada[1]. Las llamas muy calientes son lo suficientemente calientes como para tener componentes gaseosos ionizados de densidad suficiente para ser considerados plasma[vague][citation needed].
Se pueden utilizar otros oxidantes además del oxígeno para producir una llama. El hidrógeno que arde en cloro produce una llama y en el proceso emite cloruro de hidrógeno (HCl) gaseoso como producto de la combustión[3] Otra de las muchas combinaciones químicas posibles es la de hidracina y tetróxido de nitrógeno, que es hipergólico y se utiliza comúnmente en los motores de cohetes. Los fluoropolímeros pueden utilizarse para suministrar flúor como oxidante de los combustibles metálicos, por ejemplo, en la composición magnesio/teflón/vitón.
La cinética química que se produce en la llama es muy compleja y suele implicar un gran número de reacciones químicas y especies intermedias, la mayoría de ellas radicales. Por ejemplo, un conocido esquema de cinética química, GRI-Mech,[4] utiliza 53 especies y 325 reacciones elementales para describir la combustión del biogás.
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Play media Los mapas de incendios muestran mensualmente la ubicación de los fuegos activos en todo el mundo, basándose en las observaciones del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) del satélite Terra de la NASA. Los colores se basan en un recuento del número (no del tamaño) de los incendios observados en un área de 1.000 kilómetros cuadrados. Los píxeles blancos muestran el extremo superior del recuento: hasta 100 incendios en un área de 1.000 kilómetros cuadrados por día. Los píxeles amarillos muestran hasta 10 incendios, los naranjas hasta cinco y los rojos hasta un solo incendio al día.
El fuego es caliente porque la conversión del débil doble enlace del oxígeno molecular, O2, en los enlaces más fuertes de los productos de la combustión, el dióxido de carbono y el agua, libera energía (418 kJ por 32 g de O2); las energías de los enlaces del combustible sólo desempeñan un papel menor en este caso[2] En un punto determinado de la reacción de combustión, llamado punto de ignición, se producen las llamas. La llama es la parte visible del fuego. Las llamas están formadas principalmente por dióxido de carbono, vapor de agua, oxígeno y nitrógeno. Si se calientan lo suficiente, los gases pueden ionizarse para producir plasma[3] Dependiendo de las sustancias encendidas y de las impurezas que haya en el exterior, el color de la llama y la intensidad del fuego serán diferentes.
colores de la llama
Una llama (del latín flamma) es la parte visible y gaseosa de un incendio. Se produce por una reacción química altamente exotérmica que tiene lugar en una zona delgada[1]. Las llamas muy calientes son lo suficientemente calientes como para tener componentes gaseosos ionizados de densidad suficiente para ser considerados plasma[vague][citation needed].
Se pueden utilizar otros oxidantes además del oxígeno para producir una llama. El hidrógeno que arde en cloro produce una llama y en el proceso emite cloruro de hidrógeno (HCl) gaseoso como producto de la combustión[3] Otra de las muchas combinaciones químicas posibles es la de hidracina y tetróxido de nitrógeno, que es hipergólico y se utiliza comúnmente en los motores de cohetes. Los fluoropolímeros pueden utilizarse para suministrar flúor como oxidante de los combustibles metálicos, por ejemplo, en la composición magnesio/teflón/vitón.
La cinética química que se produce en la llama es muy compleja y suele implicar un gran número de reacciones químicas y especies intermedias, la mayoría de ellas radicales. Por ejemplo, un conocido esquema de cinética química, GRI-Mech,[4] utiliza 53 especies y 325 reacciones elementales para describir la combustión del biogás.
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.