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Racismo y propaganda: Los africanos de China se quejan de
Los africanos de la mayor ciudad del sur de China afirman que se han convertido en blanco de sospechas y han sido objeto de desalojos forzosos, cuarentenas arbitrarias y pruebas masivas de coronavirus a medida que el país intensifica su lucha contra las infecciones importadas.
“Es casi poco diplomático el modo en que hablo, pero es porque me molesta lo que está pasando”, dice Femi Gbajabiamila. “Nos lo tomamos muy en serio”, responde el embajador Zhou Pingjian.El ministro de Asuntos Exteriores nigeriano, Geoffrey Onyeama, dijo que había convocado al embajador para expresar su “extrema preocupación” y pedir una respuesta inmediata del gobierno. Las quejas en Guangzhou contrastan con la buena acogida de los esfuerzos chinos en la lucha contra el coronavirus en el continente africano, donde Pekín donó esta semana suministros médicos a 18 países. “Cuando China se compromete con África, es el gobierno central el que lo hace, pero cuando se trata de la aplicación de la ley de inmigración, esto ocurre a nivel local”, dijo Eric Olander, editor gerente del Proyecto China-África. “Esto explica por qué hay una incoherencia en los mensajes más optimistas que oímos sobre la diplomacia china en el continente y las realidades cada vez más difíciles a las que se enfrentan los comerciantes, estudiantes y otros expatriados africanos en su vida cotidiana en China”(FRANCE 24 con AFP y AP)
Un restaurante africano es cerrado junto con otros negocios en la zona de Sanyuanli de Guangzhou, donde un barrio está cerrado después de que varias personas dieran positivo a la nueva enfermedad del coronavirus, en Guangzhou, provincia de Guangdong, China, el 13 de abril de 2020.
A principios de abril de 2020, las autoridades chinas de la ciudad meridional de Guangzhou, provincia de Guangdong, que cuenta con la mayor comunidad africana de China, iniciaron una campaña para someter a los africanos a pruebas de detección del coronavirus y les ordenaron autoaislarse o ponerse en cuarentena en hoteles designados. Los propietarios desalojaron a los residentes africanos, obligando a muchos a dormir en la calle, y los hoteles, tiendas y restaurantes rechazaron a los clientes africanos. En general, otros grupos extranjeros no han sido objeto de un trato similar.
Las autoridades chinas afirman tener “tolerancia cero” con la discriminación, pero lo que están haciendo a los africanos en Guangzhou es un caso de libro de texto de eso”, dijo Yaqiu Wang, investigador de China en Human Rights Watch. “Pekín debe investigar inmediatamente y hacer rendir cuentas a todos los funcionarios y demás responsables del trato discriminatorio”.
El brote de coronavirus no hizo más que desatar los sentimientos subyacentes que los chinos tienen hacia los africanos. Nunca hemos sido bien recibidos aquíLukeLos temores aumentaron durante el fin de semana en medio de un pico de casos importados. El domingo, la comisión nacional de salud de China informó de 108 nuevos contagios -la cifra más alta en más de cinco semanas-, de los cuales todos menos 10 procedían del extranjero.Peter*, que vive en Guangzhou desde hace más de una década, realiza entrenamientos de fútbol los fines de semana con otros extranjeros que viven en la ciudad, entre ellos un par de miembros de la comunidad africana de Guangzhou.Sin embargo, hace varias semanas, empezó a recibir mensajes de los responsables del campo de fútbol local, informándole de que los extranjeros no debían entrar hasta que los jugadores chinos terminaran su entrenamiento. El 7 de abril, el director le comunicó que los negros no podían jugar en el campo: “Esto no es más que el temor de los chinos a una segunda oleada de infecciones por coronavirus, después de que el gobierno haya subrayado en repetidas ocasiones el peligro de que los extranjeros introduzcan el virus en China”, añade.Dos amigos de Peter procedentes de África también han sido puestos en cuarentena forzosa, dice, a pesar de no haber salido de China desde hace más de un año y haber dado negativo en las pruebas de coronavirus.
La promesa de dosis adicionales de vacunas -que se suman a los casi 200 millones que China ya ha suministrado al continente- se produce cuando se intensifica la preocupación por la propagación de una nueva variante del coronavirus, conocida como Omicron, que se identificó por primera vez en el sur de África.
Las tasas de vacunación en África son bajas en comparación con el resto del mundo, y muchos estados están a merced de las donaciones extranjeras debido a la falta de instalaciones de producción local y a los costes prohibitivos de las compras masivas.
Las importaciones totales de China desde África, una de sus fuentes clave de suministro de crudo y minerales, alcanzarán los 300.000 millones de dólares en los próximos tres años, dijo Xi, quien añadió que ambas partes cooperarían en áreas como la salud, la innovación digital, la promoción del comercio y el desarrollo ecológico.
En el foro, el ministro de Economía senegalés, Amadou Hott, dijo a los asistentes que era necesario un cambio en la relación comercial con China, alejándose de los proyectos financiados por los gobiernos africanos que asumen grandes deudas.
Pekín se ha enfrentado a menudo a acusaciones de “diplomacia de la trampa de la deuda” debido a la magnitud de sus préstamos a los países en desarrollo de África y otros lugares, utilizando su condición de acreedor para obtener concesiones diplomáticas y comerciales.
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