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Como hacer un discurso
Cómo hacer la introducción de un discurso
Si estás estudiando una carrera de relaciones públicas, es importante que aprendas el arte de escribir y pronunciar un buen discurso. Un buen discurso no es sólo una gran retórica. Necesitas el momento adecuado, un buen mensaje, una estructura y otros componentes esenciales. Domina tus habilidades para hablar en público con estas siete claves para un buen discurso.
Tu audiencia te está dando su tiempo, así que asegúrate de no desperdiciarlo con un discurso que no tenga sentido. Casi todo el mundo ha escuchado alguna vez un discurso y se ha ido preguntando de qué iba realmente. No cometas este error. Asegúrate de tener un punto, pero evita tener demasiados puntos, ya que demasiados mensajes también pueden ser problemáticos.
Aunque seas tú el que da el discurso, tienes que pensar en tu discurso como una conversación. Debes conectar con tu público. Esto puede hacerse mediante el contacto visual, pero utiliza un lenguaje con el que tu público se sienta cómodo y evita hablarle con desprecio.
Tener el tono adecuado para tu mensaje es muy importante a la hora de dar un discurso. Piensa en quién es tu público y por qué te está escuchando. ¿Qué quiere tu público? Según Forbes, si tu objetivo es desafiar, entretener, motivar o informar, debes tener el tono adecuado.
Cómo hacer un discurso de ejemplo
El arte de crear un discurso memorable es algo que a menudo se busca, pero que rara vez se consigue. Resulta frustrante que mucha gente asuma que los discursos verdaderamente memorables están reservados a aquellos que tienen un conjunto de habilidades esquivas con las que “se nace”.
En realidad, nadie nace con las habilidades para hablar en público, pero se pueden desarrollar con trabajo duro. Un discurso memorable está a tu alcance. Con esto en mente, repasemos nueve consejos que harán que tu discurso sea memorable para tu audiencia.
Considera tu discurso como un libro por un momento. Un libro típico está dividido en capítulos y partes que crean un conjunto cohesionado pero que pueden sostenerse por sí mismos. Si aplicas la misma lógica a tu discurso, te resultará más fácil transmitir los puntos importantes y mantener a la audiencia centrada en lo que estás diciendo.
Los discursos segmentados son mucho más memorables y fáciles de recordar después de haberlos pronunciado. La razón es que cada segmento puede recordarse de forma independiente y converger para formar el mensaje global. Un discurso desorganizado, sin ritmo ni secciones discernibles, se olvidará fácilmente.
Cómo escribir un discurso gcse
08 de septiembre de 20147 consejos para dar un discurso de infarto7 consejos para dar un discurso de infartoMike MichalowiczAutor, Profit FirstResumen¿Hablar en público te hace sudar la gota gorda y te pone ansioso? Estas 7 técnicas pueden calmar tus nervios y ayudarte a dar un discurso más poderoso.William Shakespeare nos dijo una vez: “La brevedad es el alma del ingenio”. La siempre colorida Dorothy Parker adaptó el aforismo de Shakespeare y nos enseñó que “la brevedad es el alma de la lencería”. Mi humilde contribución al poder de ir al grano es que “la brevedad es esencial al hablar en público”.
Tanto si nos referimos a la longitud de un discurso como al número de puntos que pensamos tratar, una de las cualidades más importantes de un discurso eficaz es que sea relativamente corto. Como prueba, piensa en el “Discurso de Gettysburg” de Abraham Lincoln y en el discurso “Tengo un sueño” del Dr. Martin Luther King, Jr. Ambos son poderosos y breves.
Un discurso consiste principalmente en las palabras que se pronuncian, pero una actuación es mucho más. Es inflexión, gesto, tensión, resolución y suspense. ¿No me cree? Vaya a ver una obra de teatro de un solo hombre (o mujer) y entenderá al instante lo que quiero decir. Los intérpretes se esfuerzan por captar y mantener la atención del público, y las palabras son sólo una de sus herramientas. No dejes de elaborar tu actuación una vez que hayas escrito el texto de tu discurso.
Cómo hacer un esquema de discurso
Seguro que alguna vez has asistido a discursos pésimos. A pesar de la fama de los oradores, al final los has dejado de lado por sus tangentes autocomplacientes y sus detalles inútiles. Pero tú has entendido algo que estos oradores no han entendido: Este era tu momento. Sólo eran invitados. Y tu atención era estrictamente voluntaria.
Por supuesto, es probable que algún día pronuncies ese discurso. Y creerás que tu discurso será diferente. Pensarás: “Tengo tantos puntos importantes que hacer”. Y presumirás que tu presencia e ingenio deslumbrarán al público. Permíteme que te dé un toque de realidad: Tu audiencia recordará más a quien se sentó con ellos que cualquier cosa que digas. Incluso si tus mejores frases habrían dado envidia a Churchill, algunos oyentes seguirán jugueteando con sus teléfonos inteligentes.
Al escribir un discurso, tienes dos objetivos: Causar una buena impresión y dejar a tu audiencia con dos o tres cosas para llevar. El resto es sólo entretenimiento. ¿Cómo puede lograr esos puntos cruciales? Considere estas estrategias:
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.