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Este artículo trata sobre la comunidad autónoma española. Para la entidad política histórica, véase Principado de Cataluña. Para otros usos, véase Cataluña (desambiguación) y Cataluña (desambiguación).

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La mayor parte del territorio (excepto el Valle de Arán), se encuentra en el noreste de la Península Ibérica, al sur de la cordillera de los Pirineos. Cataluña está formada por cuatro provincias: Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona. Barcelona, la capital y la ciudad más grande, es el segundo municipio más poblado de España y la quinta zona urbana más poblada de la Unión Europea[11]. Comprende la mayor parte del antiguo Principado de Cataluña (con el resto del Rosellón que ahora forma parte de los Pirineos Orientales de Francia). Limita con Francia (Occitanie) y Andorra al norte, con el mar Mediterráneo al este y con las comunidades autónomas españolas de Aragón al oeste y Valencia al sur. Las lenguas oficiales son el catalán, el español y el dialecto aranés del occitano[12].

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Atrajo alrededor del 14% de la inversión extranjera en España en 2015, en segundo lugar después de Madrid, que recibió un enorme 64%, pero muy por delante de todas las demás regiones, según los últimos datos del Ministerio de Economía.

Varias grandes empresas tienen su sede en la capital catalana, Barcelona: el grupo textil Mango, el tercer banco español CaixaBank, Gas Natural, el gigante de las autopistas Abertis o la perfumería Puig, propietaria de Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean-Paul Gaultier.

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En 2016, la región fue también la segunda productora de automóviles de España, después de Castilla y León. Nissan y Volkswagen, a través de su marca Seat, tienen fábricas allí. España es el segundo fabricante de vehículos de la UE, después de Alemania.

Con muchos hospitales y centros de investigación de vanguardia, incluso en el sector nuclear con un acelerador de partículas, la región dice ser la primera de Europa en empresas farmacéuticas per cápita.

Las universidades catalanas se encuentran entre las mejores del país: de las cinco primeras universidades españolas en la clasificación anual elaborada por la consultora independiente Shanghai Ranking Consultancy, tres son catalanas.

Cataluña pib per cápita

Los inicios del separatismo en Cataluña se remontan a mediados del siglo XIX. La Renaixença (renacimiento cultural), que tenía como objetivo el renacimiento de la lengua catalana y de las tradiciones catalanas, condujo al desarrollo del nacionalismo catalán y al deseo de independencia[9][10] Entre las décadas de 1850 y 1910, algunos individuos,[11] organizaciones[12] y partidos políticos[13] comenzaron a exigir la plena independencia de Cataluña de España.

El gobierno español remitió la declaración al Tribunal Constitucional español, que dictaminó en marzo de 2014 que la declaración de soberanía era inconstitucional. Sin embargo, el tribunal no rechazó el “derecho a decidir”, argumentando que ese derecho no implicaba necesariamente la soberanía o la autodeterminación[40][41].

Al mes siguiente, CiU, ERC, ICV-EUiA y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) acordaron celebrar el referéndum de independencia el 9 de noviembre de 2014, y que en él se formularían dos preguntas: “¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado?” y (en caso afirmativo) “¿Quiere que este Estado sea independiente?”[43] El 11 de septiembre de 2014 tuvo lugar otra manifestación masiva, la Vía Catalana 2014, en la que manifestantes vestidos con los colores catalanes, amarillo y rojo, llenaron dos avenidas de Barcelona formando una “V” gigante, para pedir la votación[44] Tras la sentencia del Tribunal Constitucional, el gobierno catalán cambió la votación por un “proceso de participación ciudadana” y anunció que sería supervisada por voluntarios. [El gobierno español recurrió de nuevo al Tribunal Constitucional, que suspendió el proceso a la espera del recurso, pero la votación siguió adelante[45] El resultado fue un 81% de votos a favor del sí, pero la participación fue sólo del 42%, lo que podría considerarse como una mayoría opuesta tanto a la independencia como al referéndum[46] Posteriormente se presentaron cargos penales contra Mas y otros por desafiar la orden judicial[45].

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España debe conceder la independencia a cataluña

Desde el referéndum, los gobiernos español y catalán se han enzarzado en un pulso.    El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio de plazo a Puigdemont hasta el 16 de octubre para que aclarara si declaraba formalmente la independencia, al tiempo que amenazaba a Cataluña con iniciar el proceso para invocar el artículo 155 de la Constitución española, una disposición que otorga al Gobierno federal la facultad de imponer un gobierno directo sobre la región en caso de crisis constitucional.    Puigdemont respondió enviando al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, una carta en la que pedía entablar un diálogo con mediación internacional, pero mantuvo la ambigüedad sobre si estaba declarando formalmente la independencia. El 19 de octubre, el gobierno español declaró que tomaría medidas de emergencia “para defender el interés general de los españoles, entre ellos los ciudadanos de Cataluña.”

El independentismo catalán se ha convertido rápidamente en un asunto complicado y controvertido. El gobierno federal ya se había enfrentado a una serie de críticas por inhabilitar partes de Internet, confiscar papeletas de voto y amenazar y detener a funcionarios separatistas antes del referéndum; los enfrentamientos violentos y el uso de porras y balas de goma el día de las elecciones no mejoraron su prestigio en Cataluña.    Tras la detención de dos destacados políticos catalanes, se han establecido comparaciones entre el gobierno actual de España y el de la época de Franco, un recuerdo no demasiado lejano para muchos catalanes.    A medida que se intensifican las tensiones entre el gobierno federal y el Parlamento de Cataluña, cada vez está más claro que una verdadera declaración de independencia catalana sería desastrosa tanto para España como para Cataluña. Más bien, Cataluña debería aprovechar el impulso creado por su movimiento separatista para diseñar un estatus especial dentro de España que le otorgue la autonomía económica y cultural que tanto desea.

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