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Uno de los principales problemas del sector eléctrico español es que el 80% de la generación de electricidad y el 90% de las ventas están controladas por cinco grandes empresas (Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, E.ON y EDP), lo que significa que el mercado eléctrico es un oligopolio.
Este sistema eléctrico oligopólico incumple claramente la Directiva 2009/72/CE al no garantizar la separación efectiva entre las empresas que participan en la generación, distribución y venta de electricidad. Además, las restricciones a la prestación de servicios de generación, distribución y venta de energía infringen el artículo 56 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) y la Directiva 2009/72/CE.
Es este mercado eléctrico oligopólico el que hace que pueda haber un déficit de tarifa de 26.000 millones de euros (según la Comisión Nacional de la Energía, 2013), que algunas fuentes apuntan a que ya ha alcanzado los 28.000 euros, al tiempo que las compañías eléctricas obtienen el doble de beneficios que sus homólogas en el resto de Europa y el recibo de la luz es un 80% más alto que en 2004 (los españoles pagan actualmente la tercera tarifa eléctrica más alta de Europa, tras Chipre y Malta).
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En España, como en otros países, el sector eléctrico sigue dominado por un puñado de grandes empresas, lo suficientemente poderosas como para imponer sus intereses y obstaculizar la transición energética. Los movimientos contra la pobreza energética y las cooperativas verdes muestran un camino hacia una mayor democracia energética, pero también es necesario un tercer pilar: la remunicipalización de las redes eléctricas.
España es un ejemplo paradigmático de cómo las empresas privadas pueden formar un cártel para controlar un sector estratégico como el de la electricidad, perpetuando así un modelo basado en los fósiles y la energía nuclear y asegurando enormes beneficios a través de facturas eléctricas abusivas. Desafiar la hegemonía del oligopolio eléctrico español -Endesa, Naturgy (antes Gas Natural Fenosa), Hidrocantábrico, Iberdrola y Viesgo- es una tarea ingente, pero diferentes propuestas desarrolladas por la sociedad civil comienzan a ganar terreno y a restarles poder omnipresente. Este artículo pretende destacar cómo la Alianza contra la Pobreza Energética (APE), la Red de Soberanía Energética (Xse) y las cooperativas eléctricas verdes están creando un contrapoder en el sector eléctrico español.
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Oligopolio es un término económico utilizado para describir un tipo específico de entorno competitivo. La palabra “oligopolio” viene del griego oligos, que significa “pequeño o poco” y polein, que significa “vender”. Cuando oligos se utiliza en plural, significa “pocos”. La palabra oligopolio se utiliza para referirse a un sector del mercado en el que sólo hay unos pocos competidores.
Un oligopolio es un término medio entre un monopolio y la competencia abierta. Un oligopolio se produce cuando un pequeño grupo de empresas, al menos dos, controlan el mercado de un determinado producto o servicio. Esto da a estas empresas una enorme influencia sobre el precio y otros aspectos del mercado. Aunque otras empresas podrían intentar entrar en un oligopolio, es difícil competir como empresa nueva en un sector dominado por sólo unos pocos líderes del mercado.
Un monopolio es el control exclusivo del mercado por parte de una empresa porque no hay ningún otro grupo que venda el producto u ofrezca el servicio. Un oligopolio es diferente de un monopolio porque hay más de un proveedor. Aunque la competencia es limitada en un oligopolio, sigue habiendo cierta competencia. En un monopolio no hay competencia.
Competencia perfecta a corto plazo; beneficios y pérdidas supernormales
Los mercados oligopólicos son mercados dominados por un pequeño número de proveedores. Pueden encontrarse en todos los países y en una amplia gama de sectores. Algunos mercados oligopólicos son competitivos, mientras que otros lo son mucho menos, o al menos pueden parecerlo. Las autoridades de defensa de la competencia son a menudo llamadas a investigar los problemas de acciones coordinadas o de falta de competencia vigorosa.
Sin embargo, la detección de la causa de la falta de competencia en los oligopolios puede ser un reto, y la forma en que se produce (por ejemplo, si a través de un acuerdo explícito entre las empresas para restringir la competencia, o algo menos) puede afectar en gran medida el análisis y las herramientas disponibles / remedios bajo la ley de competencia. Esto puede dar lugar a lagunas en la aplicación de la ley, ya que no se abordan las conductas que reducen el bienestar. Pero, ¿hasta qué punto es un problema importante en la práctica, y hay algo que podamos hacer al respecto?
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