El mundo del futuro

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Los futuristas eran un grupo variopinto de guerreros de la Guerra Fría, científicos nucleares, periodistas y activistas por la paz. Algunos sostenían que debía ser una esfera cerrada de la ciencia definida por probabilidades delimitadas. Fueron desafiados por
El futurismo también se basó en una gama ecléctica de repertorios, algunos de los cuales se dedujeron de las ciencias sociales positivistas, las matemáticas y la física nuclear, y otros surgieron de formas alternativas de conocimiento en la ciencia
Estas diferentes formas de predicción plantean reivindicaciones muy distintas sobre la precisión con la que pueden conocerse los futuros y sobre el tipo de control que puede ejercerse sobre lo que está por venir. El futuro del mundo examina cuidadosamente
de la historia intelectual de la posguerra. Utilizando colecciones de archivos inexploradas, The Future of the World reconstruye las redes de futurólogos y futuristas de la Guerra Fría.
Jenny Andersson es doctora en historia económica por la Universidad de Uppsala (Suecia). Actualmente es becaria del Centre National de la Recherche Scientifique y trabaja en Sciences Po, en París, donde también codirige el Centro Max Planck Sciences Po. Ha trabajado en la historia intelectual de la socialdemocracia contemporánea y, más recientemente, en la historia de la investigación del futuro y los conceptos de futuro en la posguerra.

el mundo en 2050

En 2018, nuestro planeta está en problemas. Dos siglos de combustibles fósiles han provocado múltiples problemas medioambientales que sólo ahora estamos empezando a comprender. Para el año 2100, se prevé que el nivel del mar en el mundo aumente entre un pie y 12 pies, poniendo en riesgo a miles de millones de personas. A pesar de estas advertencias y temores fundados, el ser humano siempre ha tenido una gran capacidad de adaptación. Lo primero es resolver el mayor problema: la contaminación. Si los combustibles fósiles ya no existen, ¿qué es lo que alimentará nuestro mundo en 2100? La energía hidráulica, la eléctrica y la eólica son opciones obvias, pero la tecnología solar y de fusión pueden ser las más prometedoras. El chiste clásico sobre la energía de fusión es que su adopción generalizada está siempre “a 20 años vista”, pero los proyectos privados y financiados por el gobierno están en la búsqueda loca de esta fuente de energía libre de carbono que crearía efectivamente la “batería perfecta”.
Junto con nuestras vidas impulsadas por el sol, las ciudades flotantes, las compuertas portátiles, el suelo sintético y los edificios biológicos también ayudarán a proteger el planeta. Aunque la manipulación a gran escala de la atmósfera y el medio ambiente sigue siendo controvertida, muchos científicos creen que vale la pena explorarla si queremos tener alguna esperanza de que la Tierra siga siendo amigable para los humanos. Aunque la idea de máquinas masivas que extraen la contaminación y bombean mezclas que salvan vidas suena muy bien, esa visión viene cargada de muchas advertencias. La gran preocupación son las consecuencias catastróficas de la manipulación de nuestra atmósfera. En 2007, los investigadores de Harvard llegaron a la conclusión de que la geoingeniería era demasiado arriesgada en este momento, pero ¿qué pasará en el siglo XXII? ¿Qué aspecto tendría una máquina de este tipo? ¿Quizás sean flotas de grandes drones que cubran la atmósfera superior y emitan toneladas de material extremadamente fino parecido al polvo en el cielo sobre nosotros? O tal vez sean máquinas “capaces de eliminar eficazmente los gases de efecto invernadero no sólo de las fuentes puntuales, sino también de la atmósfera a una escala lo suficientemente grande como para detener e invertir el cambio climático global”, afirma Lisa Álvarez-Cohen, profesora de ingeniería medioambiental de Berkeley. Pero no tenemos que esperar a un nuevo siglo para este tipo de tecnología. De hecho, ya está en marcha.Guerra: el auge del robot-soldado

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Sumérgete en una experiencia de aprendizaje transformadora. El Futuro del Mundo puede jugarse en persona, fomentando la cooperación cara a cara en cuestiones complejas, o en línea, permitiendo a los jugadores experimentar la exitosa simulación social a distancia.
El Futuro del Mundo es una simulación social en la que los jugadores adoptan roles de liderazgo de alto nivel dentro de un mundo muy parecido al nuestro. A medida que avanza la simulación, los jugadores experimentan la presión de hacer concesiones y la emoción de encontrar sinergias en la búsqueda del desarrollo sostenible.
Lograr la sostenibilidad puede, a veces, parecer el peor atasco del mundo. La mayoría lucha por estar en el carril rápido y todos quieren avanzar. Centrados en llevar su propio coche del punto A al punto B, los conductores tienden a tomar medidas a corto plazo que les benefician a ellos mismos. Mientras tanto, los atascos continúan.
Este es el mundo que modelamos en El futuro del mundo: un mundo en el que alcanzar un objetivo a veces se hace a costa de otro, y donde a veces sirve para impulsar otro. Esta simulación, que incorpora los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030, permite a los jugadores experimentar lo interconectados que están los objetivos mundiales y cuáles son las consecuencias de sus decisiones.

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