Estructura sistema financiero español

Sistemas económicos y macroeconomía

Los primeros pasos hacia la modernización del sistema financiero español se dieron a principios de los años ochenta. En primer lugar, el Banco Central de España apoyó las fusiones entre bancos, destinadas a crear grandes corporaciones -o, en algunos casos, sociedades de cartera- que fueran más competitivas y pudieran entrar en los mercados internacionales. En segundo lugar, el Banco Central de España levantó las restricciones territoriales a otros dos tipos de instituciones financieras españolas. Se trata de las cajas de ahorros (que son organizaciones sin ánimo de lucro) y las cooperativas de crédito. Hasta ese momento, estas instituciones estaban limitadas a operar en las provincias o regiones en las que tenían su sede. A pesar de estas nuevas medidas, su vinculación con sus respectivas regiones seguía siendo muy fuerte debido a la presencia de los administradores locales en sus órganos de gobierno (tanto el gobierno regional como las autoridades municipales estaban representados).

Tras estos cambios, comenzó una nueva era para el sistema financiero español. La década siguiente se caracterizó por la expansión de los bancos españoles a los mercados internacionales (inicialmente a América Latina y luego a otros mercados), una apertura general hacia los mercados internacionales y un aumento de la competencia interna y de la diversificación de los negocios. Sin embargo, fue durante el periodo 1996-2006 cuando el sector financiero español vivió su periodo de máximo crecimiento. Esto se debió tanto a la apertura a nuevos mercados como al crecimiento desenfrenado del sector inmobiliario que impulsó una mayor demanda de crédito. En combinación con la política de bajos tipos de interés establecida por el Banco Central Europeo, esto llevó a que los tipos de interés de los préstamos y del ahorro se desfasaran considerablemente. De hecho, a finales de los años 90, el crédito concedido por el sistema bancario crecía a un ritmo anual de entre el 7% y el 10%, mientras que la tasa de ahorro no sólo no aumentaba sino que empezaba a descender. Esto significó que la financiación de los bancos se hizo cada vez más dependiente de los mercados de capitales y de la financiación externa.

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El imperio español, la plata y la inflación galopante

Nuestro seminario conjunto de hoy es un ejemplo de las actividades de divulgación del MEDE: queremos conectar con nuestros accionistas, los Estados miembros del MEDE. Creemos que el compromiso y la colaboración conducirán a un mejor entendimiento y confianza mutuos.

Si miramos al Programa de Reforma del Sector Financiero Español después de siete años, creo que todos estarán de acuerdo en que ha sido un éxito. El programa, apoyado por los préstamos del MEDE al gobierno español para la recapitalización bancaria, permitió a España salir de una grave crisis bancaria y de una recesión económica. Hoy, España presenta un fuerte crecimiento del PIB, un superávit exterior y un sector financiero mucho más saneado.

Antes de la crisis económica y financiera, España experimentó quince años de rápido crecimiento, con un fuerte aumento del empleo y los salarios y un incremento de los ingresos públicos. La economía creció a una tasa media del 3,8% durante 1999-2007, muy por encima de la media de la zona del euro.

Sin embargo, este rápido crecimiento ocultó la acumulación de importantes desequilibrios internos y externos. Los préstamos bancarios, en su mayoría financiados desde el extranjero, provocaron un gran déficit por cuenta corriente, un aumento del endeudamiento del sector privado y un incremento de la exposición de los bancos al sector inmobiliario y de la construcción.

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Aunque existe la percepción de que España está excesivamente bancarizada en relación con otros países de la UE, la contribución del sector bancario a la economía española (en términos de valor añadido bruto y empleo) es menor y ha disminuido, y la relación entre el crédito y el PIB del sector es sólo 3 puntos porcentuales superior a la media de la zona del euro. Curiosamente, esto ha ocurrido junto con una expansión de los servicios financieros auxiliares, que se han vuelto más atractivos debido a la prolongación de unos tipos de interés históricamente bajos.

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Resumen: Los servicios bancarios españoles generan el 2,7% del valor añadido bruto de la economía española y el 1,1% de sus empleos. Estos porcentajes están por debajo de las medias de la zona euro, que son del 3% y del 1,4%, respectivamente. Tras la crisis, la contribución del sector bancario a la economía ha disminuido tanto en España como en la eurozona, aunque de forma más intensa en España. A pesar del crecimiento de la desintermediación financiera, los bancos siguen siendo el núcleo del sistema financiero español, representando el 70% de su VAB y el 61% del empleo generado. Cabe destacar la creciente importancia de las actividades auxiliares a los servicios financieros, que aportaron el 12% de los ingresos y el 24% del empleo generado por el sistema financiero español en 2017. Esto se explica por el crecimiento de la gestión de fondos, que en un contexto de bajos tipos de interés, ha hecho menos atractivos los depósitos bancarios. Aunque la economía española sigue dependiendo del crédito bancario relativamente más que el resto de Europa, el intenso desapalancamiento del sector privado observado ha reducido drásticamente esta diferencia -medido en términos de crédito/PIB, esta estadística se sitúa en el 101% en España frente al 98% en la zona euro. [1]

Asociación bancaria española

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Un sistema financiero es un sistema que permite el intercambio de fondos entre los participantes del mercado financiero, como prestamistas, inversores y prestatarios. Los sistemas financieros operan a nivel nacional y mundial[1]. Las instituciones financieras están formadas por servicios, mercados e instituciones complejas y estrechamente relacionadas entre sí, destinadas a proporcionar un vínculo eficiente y regular entre inversores y depositantes[2].

En otras palabras, se puede hablar de sistemas financieros allí donde existe el intercambio de un medio financiero (dinero) mientras que hay una reasignación de fondos en áreas necesitadas (mercados financieros, empresas comerciales, bancos) para utilizar el potencial del dinero ideal y ponerlo en uso para obtener beneficios de él. Todo este mecanismo se conoce como sistema financiero.

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