▷ Evolucion de la mujer en el mercado laboral español

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La actual crisis económica está teniendo un profundo impacto desde la perspectiva de género en el modelo tradicional del mercado laboral español, ya que las mujeres están asumiendo actualmente un papel más activo en comparación con sus homólogos masculinos. Sin embargo, aún persisten importantes diferencias de género, especialmente en los salarios. El objetivo de este trabajo es analizar cómo las diferencias de género en las interrupciones del mercado laboral explican las diferencias salariales entre hombres y mujeres en España. Se utiliza la información de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL), de los años 2005 a 2010. Con esta fuente de datos es posible definir un índice para controlar toda la información de cualquier tipo de interrupción laboral. Este índice se utiliza para describir la relación entre las trayectorias y la situación en el mercado laboral, y también para evaluar su influencia en los ingresos. Nuestras principales conclusiones muestran que las interrupciones del empleo tienen un impacto negativo en los salarios y explican parte de las diferencias salariales observadas entre hombres y mujeres.
1Durante las últimas décadas, el papel de la mujer en el mercado laboral ha sido el tema principal de numerosos estudios y análisis desde diferentes perspectivas1. Muchos de estos estudios se centran en las decisiones de participación laboral y sus consecuencias sobre el empleo y los ingresos futuros. En particular, uno de los temas más analizados en cuanto a la desigualdad laboral por género son las diferencias salariales, no sólo en España sino también en muchos otros países.

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Desde 1994 la situación laboral de las mujeres en España ha mejorado considerablemente. En particular, la diferencia salarial entre ambos sexos se ha mantenido estable durante el periodo de 10 años. Sin embargo, investigaciones recientes indican que las mujeres siguen siendo más propensas que los hombres a trabajar con contratos temporales. Además, las medidas recientemente aplicadas para lograr el equilibrio entre la vida laboral y la familiar se consideran insuficientes.
En diciembre de 2003, el Consejo Económico y Social de España (CES) publicó su segundo informe (archivo pdf) sobre la situación de las mujeres en el trabajo y en la sociedad. Este informe es la continuación del de 1994 (archivo pdf), e incluye nuevos temas, como la conciliación de la vida laboral y familiar, la inmigración, las familias monoparentales, los problemas de dependencia y el envejecimiento de la población. Dos de sus ocho capítulos se centran en las condiciones de trabajo.
Según las conclusiones del informe, la proporción de mujeres españolas con empleo temporal (34,1%) seguía siendo mayor que la de los hombres (29%) en 2002 (Instituto Nacional de Estadística), Esta diferencia se ha reducido algo desde 1992, cuando era del 39% y el 30,7%, respectivamente. (Encuesta de Población Activa española)

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En términos de empleo, el impacto de la pandemia varía significativamente según los sectores. La anterior crisis económica (que afectó especialmente a determinados sectores, como el de la construcción) contribuyó a reducir la brecha de desempleo entre hombres y mujeres. Las tasas de empleo en algunos sectores, como las industrias financieras y de seguros o las Administraciones Públicas, son más resistentes en comparación con otros campos de actividad, como las artes, o servicios como el comercio, el transporte y la hostelería.
En este sentido, la educación tiene un gran impacto en las oportunidades de conseguir y mantener un empleo, y contribuye a reducir las diferencias de representatividad entre población y ocupación. La educación es más importante para las mujeres: en los niveles de educación más altos, las diferencias de género en las tasas de desempleo disminuyen. “Esto indica que la educación se convierte en un elemento definitorio para los trabajadores, especialmente para las mujeres”, afirma el economista. La brecha de género en el grupo de analfabetos es de 19,55 puntos porcentuales. En los grupos de educación superior, esta diferencia se reduce a 1,2 puntos porcentuales.