Habra guerra en españa

Cronología de la guerra civil española

Guerra Civil EspañolaParte del periodo de entreguerrasEn el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior izquierda: miembros de la XI Brigada Internacional en la batalla de Belchite; Granollers tras ser bombardeado por la aviación nacional en 1938; Bombardeo de un aeródromo en el Marruecos español; Soldados republicanos en el asedio del Alcázar; Soldados nacionalistas operando un cañón antiaéreo; El Batallón LincolnFecha17 de julio de 1936 – 1 de abril de 1939(2 años, 8 meses, 2 semanas y 1 día)LugarResultado
Los nacionalistas avanzaron desde sus fortalezas en el sur y el oeste, capturando la mayor parte de la costa norte de España en 1937. También asediaron Madrid y la zona al sur y al oeste durante gran parte de la guerra. Después de capturar gran parte de Cataluña en 1938 y 1939, y de que Madrid quedara aislada de Barcelona, la posición militar republicana se volvió desesperada. Tras la caída sin resistencia de Barcelona en enero de 1939, el régimen franquista fue reconocido por Francia y el Reino Unido en febrero de 1939. El 5 de marzo de 1939, el coronel Segismundo Casado dirigió un golpe militar contra el gobierno republicano. Tras el conflicto interno entre las facciones republicanas en Madrid ese mismo mes, Franco entró en la capital y declaró la victoria el 1 de abril de 1939. Cientos de miles de españoles huyeron a campos de refugiados en el sur de Francia[15] Los asociados a los republicanos perdedores que se quedaron fueron perseguidos por los nacionalistas victoriosos. Franco estableció una dictadura en la que todos los partidos de derechas se fundieron en la estructura del régimen franquista[14].

Mapa de la guerra civil española

Es curioso que recuerde más vívidamente que todo lo que vino después en la guerra española la semana de supuesto entrenamiento que recibimos antes de ser enviados al frente – el enorme cuartel de caballería en Barcelona con sus establos con corrientes de aire y sus patios empedrados, el frío glacial de la bomba donde uno se lavaba, las comidas mugrientas que se hacían tolerables con pannikins de vino, las milicianas con pantalones que cortaban leña, y el pase de lista en las mañanas tempranas donde mi prosaico nombre inglés hacía una especie de interludio cómico entre los sonoros nombres españoles, Manuel González, Pedro Aguilar, Ramón Fenellosa, Roque Ballaster, Jaime Domenech, Sebastián Viltrón, Ramón Nuvo Bosch. Nombro a esos hombres en concreto porque recuerdo las caras de todos ellos. Salvo dos que eran mera gentuza y que sin duda se han convertido en buenos falangistas a estas alturas, es probable que todos ellos estén muertos. Dos de ellos sé que están muertos. El mayor tendría unos veinticinco años, el menor dieciséis.
El horror esencial de la vida en el ejército (quien haya sido soldado sabrá lo que quiero decir con el horror esencial de la vida en el ejército) apenas se ve afectado por la naturaleza de la guerra en la que se está luchando. La disciplina, por ejemplo, es en definitiva la misma en todos los ejércitos. Las órdenes tienen que ser obedecidas y aplicadas con castigos si es necesario, la relación de oficial y hombre tiene que ser la relación de superior e inferior. La imagen de la guerra que se presenta en libros como Sin novedad en el frente occidental es sustancialmente cierta. Las balas duelen, los cadáveres apestan, los hombres bajo el fuego a menudo están tan asustados que se mojan los pantalones. Es cierto que el origen social de un ejército influye en su formación, en sus tácticas y en su eficacia general, y también que la conciencia de estar en lo cierto puede reforzar la moral, aunque esto afecta más a la población civil que a las tropas. (La gente olvida que un soldado en cualquier lugar cerca de la línea del frente suele estar demasiado hambriento, o asustado, o con frío, o, sobre todo, demasiado cansado para preocuparse por los orígenes políticos de la guerra). Pero las leyes de la naturaleza no se suspenden para un ejército “rojo” más que para uno “blanco”. Un piojo es un piojo y una bomba es una bomba, aunque la causa por la que se lucha sea justa.

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Quién ganó la guerra civil española

BARCELONA, ESPAÑA – 11 DE SEPTIEMBRE: Manifestantes marchan durante una manifestación independentista en el marco de las celebraciones de la Diada de Cataluña el 11 de septiembre de 2014 en Barcelona, España. Miles de catalanes que celebran la ‘Diada de Catalunya’, aprovechan para realizar manifestaciones para exigir el derecho a celebrar un referéndum de autodeterminación el próximo mes de noviembre. (Foto de David Ramos/Getty Images)
MADRID – Desde hace cinco años, el gobierno nacional de España y la región de Cataluña juegan a la gallina de los huevos de oro en su intento de independencia. Y cada vez parece más que ninguna de las dos partes tiene intención de detenerse antes del momento del impacto.
MADRID – Desde hace cinco años, el Gobierno de España y la región de Cataluña juegan a la gallina de los huevos de oro. Y cada vez parece más que ninguna de las dos partes tiene intención de detenerse antes del momento del impacto.
Lo que aún no está claro es el grado de compromiso del gobierno nacional para coaccionar su resultado preferido. La fuerza de la ley a disposición de Madrid es enorme. Podría, por ejemplo, activar un artículo de la Constitución que suspenda la autonomía de una región en rebeldía, asumiendo de hecho el gobierno de Cataluña.

Efectos de la guerra civil española en la actualidad

(1) La presente Ley entrará en vigor el día que el Consejo Ejecutivo designe por orden a tal efecto, y (a menos que se continúe en virtud del siguiente subapartado de esta sección) expirará a la expiración de seis meses desde ese día.
(4) No obstante cualquier cosa contenida en esta sección, una persona puede ser arrestada y juzgada y, si es condenada, puede ser castigada bajo esta ley después de la expiración de la misma por un delito bajo cualquier sección de esta ley cometida o presuntamente cometida por ella mientras esta ley estaba en vigor.
En la subsección (1), línea 20, después de la palabra “propósito” y antes de la palabra “y” insertar las palabras “y después de que la Dáil Eireann haya recibido y aprobado el plan para aplicar la no intervención”.
Llevamos dos o tres días debatiendo sobre la no intervención. Me alegró escuchar al diputado Dillon decir hoy que su opinión sobre la no intervención es que en este país queremos que gane el bando del general Franco y, si la no intervención conduce a ese fin, él está a favor; si no, está en contra. Esa es precisamente mi actitud. Viendo que los indicios no indican que la no intervención vaya a favorecer el éxito del general Franco, ahora que este proyecto de ley nos viene impuesto por la maquinaria mayoritaria de esta Cámara sin haber reflexionado mucho sobre el asunto, presento esta enmienda para que, en la medida de lo posible

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