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Herejía
La Inquisición era un conjunto de instituciones dentro de la Iglesia Católica cuyo objetivo era combatir la herejía, realizando juicios a los sospechosos de herejía. Los estudios de los registros han descubierto que la abrumadora mayoría de las sentencias consistían en penitencias, pero que los casos de herejes reincidentes e impenitentes eran entregados a los tribunales seculares, lo que generalmente resultaba en la ejecución o en la cadena perpetua[1][2][3] La Inquisición tuvo sus inicios en el Reino de Francia del siglo XII, con el objetivo de combatir la desviación religiosa (por ejemplo, la apostasía o la herejía), particularmente entre los cátaros y los valdenses. Los tribunales inquisitoriales desde esta época hasta mediados del siglo XV se conocen en conjunto como la Inquisición Medieval. Otros grupos investigados durante la Inquisición Medieval, que tuvo lugar principalmente en Francia e Italia, fueron los franciscanos espirituales, los husitas y los beguinos. A partir de la década de 1250, los inquisidores fueron elegidos generalmente entre los miembros de la Orden de los Dominicos, sustituyendo la práctica anterior de utilizar al clero local como jueces[4].
La inquisición medieval
Uno de los periodos más oscuros de la historia de España es la Inquisición, que arraigó en España durante más de 350 años. También conocida como Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, fue creada en 1478 por los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.
Tras su matrimonio de unión de reinos, los famosos monarcas católicos Fernando e Isabel tenían un enorme proyecto por delante. No sólo los dos reinos de Aragón y Castilla se convirtieron en uno entre opiniones encontradas, sino que la monarquía se acercaba a los restantes reinos moros con el fin de la Reconquista. Se pretendía mantener la ortodoxia católica en sus reinos al tiempo que se sustituía la Inquisición medieval, que estaba bajo control papal.
Para gestionar, unir y fortalecer su creciente y culturalmente diverso reino, se decidió que el medio de unificación sería la ortodoxia católica. Por ello, en 1478, se solicitó permiso al Papa Sixtux IV para establecer una secta especial de la Inquisición, permiso que concedió a regañadientes, lo que dio inicio a la Inquisición española.
Significado de la Inquisición
Kean Collection/Getty ImagesMás víctimas de la InquisiciónLos valdenses y los cátaros, miembros de movimientos espirituales que ganaban popularidad y amenazaban la autoridad de la Iglesia católica, fueron los principales objetivos de la Inquisición medieval.La Inquisición portuguesa era similar a la española en el sentido de que operaba bajo la monarquía. Se estableció en 1536 y tenía como objetivo a los judíos y a los recién convertidos al cristianismo, así como a los acusados de brujería. La Inquisición portuguesa se extendió a las colonias portuguesas del Nuevo Mundo. La Inquisición romana, establecida en la década de 1540, se centró en los delitos heréticos de brujería, hechicería y blasfemia. Uno de sus casos más famosos fue el de Galileo Galilei.
Nadie espera la inquisición española
La Inquisición española fue establecida en 1478 por Fernando e Isabel para mantener la ortodoxia católica en sus reinos y estaba bajo el control directo de la monarquía española. No fue abolida definitivamente hasta 1834, durante el reinado de Isabel II. La Inquisición, como tribunal eclesiástico, sólo tenía jurisdicción sobre los cristianos bautizados. Sin embargo, como la libertad religiosa no existió en España durante gran parte de su historia, la jurisdicción de la Inquisición se extendía en la práctica a todos los súbditos reales.
Muchos cristianos verdaderos y fieles, por el testimonio de enemigos, rivales, esclavos y otras gentes bajas -y menos aún apropiadas-, sin pruebas de ningún tipo, han sido encerrados en cárceles seculares, torturados y condenados como herejes reincidentes, privados de sus bienes y propiedades, y entregados al brazo secular para ser ejecutados, con gran peligro para sus almas, dando un ejemplo pernicioso y causando escándalo a muchos.
Una imagen que a menudo se malinterpreta como la Inquisición española quemando libros que no aprobaban. En realidad, se trata de La Prueba del Fuego de Pedro Berruguete (años 1400). Representa una leyenda de Santo Domingo disputando con los cátaros: ambos arrojan sus propios escritos a las llamas, y mientras el texto de los cátaros ardía, el de Santo Domingo salía milagrosamente de las llamas.
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