Lista de empresas catalanas a favor de la independencia

Lista de empresas catalanas a favor de la independencia 2022

líderes catalanes

Cataluña, la región del noreste de España, celebró el domingo 1 de octubre un referéndum por su independencia. El gobierno catalán registró extraoficialmente que el 90% de los 2,3 millones de ciudadanos que acudieron a las urnas votaron a favor de la autonomía de la región con respecto a España. Aunque este resultado no es una decisión oficial y requerirá una amplia deliberación entre los gobiernos catalán y español para que se promulgue formalmente, hay muchas ramificaciones de cómo la independencia de Cataluña no sólo afectaría a las economías de Cataluña y España, sino también a toda la economía de la Unión Europea.

Una situación similar a la del referéndum catalán es el referéndum de independencia escocés entre Escocia y el Reino Unido en 2014. Para poner en perspectiva la gravedad del referéndum catalán, Escocia aportó el 7,5% del PIB del Reino Unido, mientras que Cataluña compone la friolera del 20% del PIB de España. Las mayores industrias de la región son la fabricación industrial y el turismo. Empresas líderes mundiales como Volkswagen y Nissan tienen plantas de fabricación en Barcelona, y las principales ciudades de la región, especialmente Barcelona, acogen el 22% del total de alojamientos turísticos del país. Los enormes puertos catalanes son también destinos de cruceros muy populares entre los turistas.

el independentismo valenciano

Los inicios del separatismo en Cataluña se remontan a mediados del siglo XIX. La Renaixença (renacimiento cultural), que tenía como objetivo el renacimiento de la lengua catalana y de las tradiciones catalanas, condujo al desarrollo del nacionalismo catalán y al deseo de independencia[9][10] Entre las décadas de 1850 y 1910, algunos individuos,[11] organizaciones[12] y partidos políticos[13] comenzaron a exigir la plena independencia de Cataluña de España.

El gobierno español remitió la declaración al Tribunal Constitucional español, que dictaminó en marzo de 2014 que la declaración de soberanía era inconstitucional. Sin embargo, el tribunal no rechazó el “derecho a decidir”, argumentando que ese derecho no implicaba necesariamente la soberanía o la autodeterminación[40][41].

Al mes siguiente, CiU, ERC, ICV-EUiA y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) acordaron celebrar el referéndum de independencia el 9 de noviembre de 2014, y que en él se formularían dos preguntas: “¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado?” y (en caso afirmativo) “¿Quiere que este Estado sea independiente?”[43] El 11 de septiembre de 2014 tuvo lugar otra manifestación masiva, la Vía Catalana 2014, en la que manifestantes vestidos con los colores catalanes, amarillo y rojo, llenaron dos avenidas de Barcelona formando una “V” gigante, para pedir la votación[44] Tras la sentencia del Tribunal Constitucional, el gobierno catalán cambió la votación por un “proceso de participación ciudadana” y anunció que sería supervisada por voluntarios. [El gobierno español recurrió de nuevo al Tribunal Constitucional, que suspendió el proceso a la espera del recurso, pero la votación siguió adelante[45] El resultado fue un 81% de votos a favor del sí, pero la participación fue sólo del 42%, lo que podría considerarse como una mayoría opuesta tanto a la independencia como al referéndum[46] Posteriormente se presentaron cargos penales contra Mas y otros por desafiar la orden judicial[45].

república catalana

Vive le Québec libre”. Quién puede olvidar el travieso e irresponsable discurso de De Gaulle en julio de 1967 durante su visita a esa desventurada provincia, un eslogan que se ha convertido desde entonces en el eterno grito de guerra del tribalismo occidental. Y ahora, uniéndose a la cola cada vez más larga, está Cataluña, cuyo subtexto de las elecciones recientemente convocadas es, una vez más, la “independencia”. Los vascos están al acecho y los escoceses ni siquiera están al acecho, sino que avanzan silenciosamente. Y está la “Padania” liderada por la horrible Liga Norte en Italia, y la lista no termina ahí.

Alimentar este frenesí por la secesión y la independencia en Europa es la premisa de que todos estos nuevos estados encontrarán de alguna manera un refugio seguro como Estados miembros de la Unión Europea. Si no existiera esa premisa, el apetito por la independencia se reduciría considerablemente, y el mar embravecido de “ir por libre” sería mucho más amenazador. El Tribunal Supremo de Canadá, en su cuidadosa y meticulosa decisión sobre Quebec, cuyo razonamiento sigue siendo válido hoy en día, demostró claramente que ninguno de estos casos goza de un derecho de secesión en virtud del derecho internacional público, ya que todos ellos disfrutan de amplias libertades individuales y colectivas que permiten la plena reivindicación de su identidad nacional y/o cultural dentro de sus respectivos Estados.

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