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No prometas lo que no puedes cumplir
Cumple lo que prometes
Cumplir tus promesas es hacer lo que dices que vas a hacer cuando dices que lo vas a hacer. Cada vez que se cumple un compromiso, pequeño o grande, se genera confianza. Y si va más allá, causa una impresión aún más fuerte. Así que, si dice que va a enviar los precios por correo electrónico a su cliente para mañana, inténtelo hoy. Si dice que va a enviar productos de muestra por avión en una semana, envíelos en una semana, o antes.
Ha diseñado un producto para satisfacer las necesidades específicas de su cliente en el extranjero. Antes de seguir adelante con la producción, debe aclarar previamente los aspectos técnicos del producto con el cliente. Le dices que le enviarás las especificaciones del producto para que las revise a finales de mes. El cliente dice que lo necesita antes, pero que puede aceptar el plazo, por muy ajustado que sea. Conociendo los plazos de tu cliente, te apresuras a completar la hoja de especificaciones y a enviarla en el plazo de una semana.
Para ello, asigna a una persona más del personal para que trabaje durante el fin de semana. ¿Crees que esto no le importa al cliente? Pues sí. Le dejará un recuerdo imborrable de que usted, como proveedor, hizo todo lo posible por satisfacer sus necesidades. Eso sí que es cumplir tus promesas y más.
No prometas verso de la biblia
“Los perdedores hacen promesas que a menudo rompen. Los ganadores hacen compromisos que siempre cumplen”. Esta cita de Denis Waitley, un respetado entrenador de éxito y autor, proporciona una valiosa visión del lugar de trabajo moderno.
A todos nos han roto promesas nuestros jefes, compañeros de trabajo, colegas… y nosotros mismos. Aunque muchas veces había muy buenas razones por las que no podíamos cumplir lo que habíamos prometido, a veces me pregunto si nos centramos demasiado en las razones que hay detrás de la promesa rota, en lugar de los efectos que nuestras promesas rotas tienen en los demás.
Cuando alguien rompe una promesa, a menudo se produce un cambio en la relación. Dependiendo de las ramificaciones de esa promesa rota en nuestras vidas, puede destruir el nivel de confianza que puede haber tardado años en establecerse. Si la relación comercial es nueva, puede hacer que seamos más cautelosos en nuestros futuros tratos tanto con esa persona como con otras.
Tenemos que creer que lo que la gente nos dice es la verdad. ¿Cuántas veces has dependido del compromiso de otra persona para desarrollar tu propio calendario, plan de acción o decisiones financieras? En esta situación, nuestra propia integridad personal puede haber sido puesta a prueba porque hemos hecho promesas a otros que dependían de la promesa de otra persona de completar una tarea en un momento determinado. En tales situaciones, no es de extrañar que los ánimos se caldeen y que el escepticismo impregne los futuros tratos con esa persona.
No prometas lo que no puedes cumplir
¿Eres una persona que dice sí? ¿Sientes que decir que no a alguien te convertiría en una mala persona o que, sin querer, decepcionarías a alguien? ¿Te parece que siempre te ofreces como voluntario para hornear las magdalenas extra para la excursión del colegio, o pasas dos horas extra en el trabajo (sin cobrar) a pesar de que realmente no quieres o no tienes tiempo para hacerlo? ¿Aceptas constantemente más responsabilidades o más cosas que hacer cuando la realidad es que apenas puedes terminar las cosas que están actualmente en tu lista de cosas por hacer? Una de las lecciones más importantes de la vida es aprender a “no prometer lo que no se puede cumplir”.
Si tomaras una clase de gestión empresarial, una de las primeras lecciones que aprenderías sobre la gestión de un negocio es que siempre debes ser realista con tus capacidades. Uno de los ejemplos más evidentes de personas que hacen promesas que no pueden cumplir son los políticos. Cuando un político se presenta a un cargo electo, hace constantemente promesas que sabe que no puede cumplir. Lo que esperan conseguir es crear un público que les crea y les vote. Sin embargo, a largo plazo, cuantas más promesas no puedan cumplir, menos satisfechos estarán los ciudadanos con sus servicios. No importará que hayan sido fieles a una o dos de sus promesas, su público siempre recordará la promesa que no cumplieron.
No prometas lo que no puedes cumplir versículo bíblico
Se puede afirmar que el cumplimiento de las promesas a los clientes debería ser la base de todo lo que hace una empresa y constituye el núcleo de la excelencia en el servicio al cliente. Los clientes entienden que habrá fallos y problemas en el servicio. Los clientes están dispuestos a perdonar si saben que la empresa se ha esforzado al máximo y que hará todo lo posible por reparar el daño. Los clientes deben percibir el esfuerzo y el compromiso de la empresa en el cumplimiento de sus promesas. Incumplir las promesas a los clientes es una forma segura de alejarlos y asegurarse de que nunca vuelvan. Sabemos que los clientes se vuelven rentables y leales a las empresas que les gustan y en las que confían, y estos sentimientos sólo se producen cuando una empresa es capaz de hacer todo lo que dijo que haría al principio de la asociación.
Mantener las promesas a los clientes es una necesidad empresarial hoy en día, para conseguir su fidelidad. En el competitivo escenario empresarial actual, los clientes tienen un gran número de opciones y es poco probable que se queden con una empresa que no es capaz de inspirar confianza. Al iniciar una asociación con un nuevo cliente, es imprescindible que la empresa establezca unas expectativas claras. También es esencial asegurarse de que el personal de ventas no prometa en exceso ni cuente medias verdades cuando haga su propuesta de venta a los clientes. Además, es vital que se mantenga a los clientes informados en caso de que se produzcan retrasos involuntarios, de manera que no se les haga esperar y adivinar. Los clientes odian esperar, sobre todo si una empresa ha prometido ciertos plazos y niveles de servicio. Para mantener el éxito en el cumplimiento de las promesas a los clientes, las empresas deben prometer sólo lo que puedan cumplir. De hecho, uno de los principales mantras empresariales es prometer menos y cumplir más para satisfacer al cliente, y no al revés.
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.