Ciudadanos
Xavier CasalsDoctor en Historia Contemporánea y profesor en la Facultad de Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull. Ha centrado la mayor parte de sus estudios en la evolución de la extrema derecha, el populismo y la violencia política.
Los vaivenes electorales de Vox indican que su base no es tan sólida como parece. Este partido, basado en una estructura vertical, una limitada teorización ideológica y una alta penetración en las redes sociales, es un partido “en construcción” capaz de dar giros imprevisibles. Por ahora, sólo ha introducido propuestas y temas para polarizar a la opinión pública y ganar así una gran visibilidad.
Desde que Vox surgió institucionalmente en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018 (2-D), periodistas, analistas y académicos han calificado a este partido de extrema derecha como neofranquista, fascista, neofascista o “nativista”. Pero su naturaleza es difícil de definir, porque Vox aún está desplegando su ideología y se han realizado pocos estudios sobre el partido. [1] Con el fin de conocer el partido, creemos que es más eficaz ofrecer cinco indicaciones para facilitar su interpretación, que se presentan a continuación.
Partido Popular España
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El institucionalismo de los partidos es un enfoque que considera que los partidos políticos tienen algunas capacidades de adaptación, pero también los ve como “prisioneros de su propia historia como institución”. Aspectos de la ideología que tenía un partido cuando se fundó, persisten aunque las condiciones y la base del partido en la sociedad hayan cambiado. Los estudiosos de este enfoque afirman que la historia del partido determina su adaptación a los retos actuales[1].
La relación izquierda-derecha sigue siendo fundamental para entender la política de un partido, pero el núcleo de estas teorías consiste en comparar las creencias y los valores del partido en la actualidad con los de su fundación. Para analizar la orientación ideológica de un partido debemos empezar por analizar el propio origen del partido.
Elecciones en España
La plataforma de un partido político, el programa de un partido o el manifiesto de un partido es un conjunto formal de objetivos principales que son apoyados por un partido político o un candidato individual, con el fin de atraer al público en general, con el propósito final de obtener el apoyo y los votos del público en general sobre temas o cuestiones complicadas. Un componente de una plataforma política suele denominarse plancha, es decir, las opiniones y puntos de vista sobre un tema concreto que tiene un partido, una persona o una organización. La palabra tablón representa un componente de una plataforma política general, como referencia metafórica a un escenario básico hecho de tablas o tablones de madera. La metáfora puede volver a su origen literal cuando los discursos o debates públicos se celebran realmente sobre una plataforma física.
En el Reino Unido y algunos otros países, la plataforma del partido se denomina “manifiesto”[1] o plataforma política del partido. En todo el mundo occidental, los partidos políticos son muy proclives a cumplir sus promesas electorales[2].
El primer uso conocido de la palabra plataforma fue en 1535. La palabra plataforma viene del francés medio plate-forme, que significa literalmente “forma plana”[3] El significado político de la palabra para reflejar la “declaración de la política del partido” es de 1803, probablemente originalmente una imagen de una plataforma literal en la que los políticos se reúnen, se ponen de pie y hacen sus llamamientos[4].
Partidos políticos españoles
Estudiamos la competencia entre partidos políticos en elecciones repetidas con voto probabilístico, permitiendo un espacio político multidimensional y múltiples partidos políticos. Este modelo conlleva múltiples equilibrios. Cuando los partidos tienen opiniones diferentes sobre alguna política, pueden adoptar diferentes posiciones políticas que no coinciden con la plataforma política preferida por el votante medio, pero que convergen hacia ella. Por el contrario, cuando los partidos tienen un entendimiento mutuo sobre una política concreta, sus posiciones políticas pueden converger (en alguna dimensión) pero no hacia la política preferida por el votante medio. Los partidos pueden coludir entre sí y adoptar una posición que difiere de la que prefiere el votante medio, a pesar de la competencia política. La colusión puede colapsar, por ejemplo, tras la entrada de un nuevo partido político. Los argumentos teóricos se fundamentan en pruebas descriptivas que utilizan datos de encuestas suecas sobre políticos y votantes, que sugieren que hay competencia en algunas dimensiones y colusión en otras.
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