Qué es la hipertensión pulmonar

La hipertensión pulmonar (HP o NPH) es una condición de aumento de la presión sanguínea dentro de las arterias de los pulmones.[7] Los síntomas incluyen dificultad para respirar, desmayos, cansancio, dolor en el pecho, hinchazón de las piernas y latidos rápidos del corazón.[7][2] La condición puede dificultar el ejercicio.[7] El inicio suele ser gradual.[8]

La causa suele ser desconocida[1]. Entre los factores de riesgo se encuentran los antecedentes familiares, los coágulos sanguíneos previos en los pulmones, el VIH/SIDA, la anemia de células falciformes, el consumo de cocaína, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la apnea del sueño, la vida en altitudes elevadas y los problemas de la válvula mitral[5][4]. El mecanismo subyacente suele consistir en la inflamación y posterior remodelación de las arterias pulmonares[5].

En la actualidad no existe cura para la hipertensión pulmonar, aunque se está investigando para encontrarla[7]. El tratamiento depende del tipo de enfermedad[6] y se pueden utilizar varias medidas de apoyo, como oxigenoterapia, diuréticos y medicamentos para inhibir la coagulación de la sangre. [1] Entre los medicamentos que se utilizan específicamente para tratar la hipertensión pulmonar se encuentran el epoprostenol, el treprostinil, el iloprost, el bosentan, el ambrisentan, el macitentan y el sildenafil[1] El trasplante de pulmón puede ser una opción en casos graves[6].

Presión arterial pulmonar

La hipertensión pulmonar (HP o NPH) es una afección en la que aumenta la presión sanguínea en las arterias de los pulmones[7]. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, desmayos, cansancio, dolor en el pecho, hinchazón de las piernas y latidos rápidos del corazón[7][2].

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La causa suele ser desconocida[1]. Entre los factores de riesgo se encuentran los antecedentes familiares, los coágulos sanguíneos previos en los pulmones, el VIH/SIDA, la anemia de células falciformes, el consumo de cocaína, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la apnea del sueño, la vida en altitudes elevadas y los problemas de la válvula mitral[5][4]. El mecanismo subyacente suele consistir en la inflamación y posterior remodelación de las arterias pulmonares[5].

En la actualidad no existe cura para la hipertensión pulmonar, aunque se está investigando para encontrarla[7] El tratamiento depende del tipo de enfermedad[6] y se pueden utilizar varias medidas de apoyo, como oxigenoterapia, diuréticos y medicamentos para inhibir la coagulación de la sangre. [1] Entre los medicamentos que se utilizan específicamente para tratar la hipertensión pulmonar se encuentran el epoprostenol, el treprostinil, el iloprost, el bosentan, el ambrisentan, el macitentan y el sildenafil[1] El trasplante de pulmón puede ser una opción en casos graves[6].

Síntomas de la pah

La hipertensión arterial pulmonar es un trastorno progresivo caracterizado por una presión arterial anormalmente alta (hipertensión) en la arteria pulmonar, el vaso sanguíneo que lleva la sangre del corazón a los pulmones. La hipertensión arterial pulmonar es una forma de una enfermedad más amplia conocida como hipertensión pulmonar. La hipertensión pulmonar se produce cuando el diámetro de la mayoría de las pequeñas arterias de los pulmones se estrecha, lo que aumenta la resistencia al flujo sanguíneo a través de los pulmones. Para superar la mayor resistencia, la presión sanguínea aumenta en la arteria pulmonar y en el ventrículo derecho del corazón, que es la cámara que bombea la sangre a la arteria pulmonar. En última instancia, el aumento de la presión sanguínea puede dañar el ventrículo derecho del corazón.Los signos y síntomas de la hipertensión arterial pulmonar se producen cuando el aumento de la presión sanguínea no puede superar totalmente la resistencia elevada. Como resultado, el flujo de sangre oxigenada desde los pulmones al resto del cuerpo es insuficiente. Los síntomas más comunes de la hipertensión arterial pulmonar son la falta de aire (disnea) durante el esfuerzo y los desmayos. Las personas que padecen este trastorno pueden experimentar otros síntomas, sobre todo a medida que la enfermedad empeora. Otros síntomas son mareos, hinchazón (edema) de tobillos o piernas, dolor en el pecho y aceleración del ritmo cardíaco.

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Directrices sobre la hipertensión pulmonar

La hipertensión arterial pulmonar es un trastorno progresivo caracterizado por una presión arterial anormalmente alta (hipertensión) en la arteria pulmonar, el vaso sanguíneo que lleva la sangre del corazón a los pulmones. La hipertensión arterial pulmonar es una forma de una enfermedad más amplia conocida como hipertensión pulmonar. La hipertensión pulmonar se produce cuando el diámetro de la mayoría de las pequeñas arterias de los pulmones se estrecha, lo que aumenta la resistencia al flujo sanguíneo a través de los pulmones. Para superar la mayor resistencia, la presión sanguínea aumenta en la arteria pulmonar y en el ventrículo derecho del corazón, que es la cámara que bombea la sangre a la arteria pulmonar. En última instancia, el aumento de la presión sanguínea puede dañar el ventrículo derecho del corazón.

Los signos y síntomas de la hipertensión arterial pulmonar se producen cuando el aumento de la presión sanguínea no puede superar totalmente la elevada resistencia. Como resultado, el flujo de sangre oxigenada desde los pulmones al resto del cuerpo es insuficiente. Los síntomas más comunes de la hipertensión arterial pulmonar son la falta de aire (disnea) durante el esfuerzo y los desmayos. Las personas que padecen este trastorno pueden experimentar otros síntomas, sobre todo a medida que la enfermedad empeora. Otros síntomas son mareos, hinchazón (edema) de tobillos o piernas, dolor en el pecho y aceleración del ritmo cardíaco.

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