Que es la productividad del trabajo

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La productividad laboral mide la producción por hora de la economía de un país. En concreto, mide la cantidad de producto interior bruto (PIB) real producido por una hora de trabajo. El crecimiento de la productividad laboral depende de tres factores principales: el ahorro y la inversión en capital físico, las nuevas tecnologías y el capital humano.

La productividad laboral, también conocida como productividad de la mano de obra, se define como la producción económica real por hora de trabajo. El crecimiento de la productividad laboral se mide por la variación de la producción económica por hora de trabajo durante un periodo determinado. La productividad laboral no debe confundirse con la productividad de los empleados, que es una medida de la producción de un trabajador individual.

La cifra de crecimiento se obtiene dividiendo el nuevo PIB real de 57 dólares por el PIB real anterior de 33. El crecimiento de esta cifra de productividad laboral puede interpretarse a veces como una mejora del nivel de vida en el país, suponiendo que siga el ritmo de la participación del trabajo en la renta total.

La productividad laboral está directamente relacionada con la mejora del nivel de vida en forma de mayor consumo. A medida que aumenta la productividad laboral de una economía, ésta produce más bienes y servicios por la misma cantidad de trabajo relativo. Este aumento de la producción permite consumir más bienes y servicios a un precio cada vez más razonable.

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La productividad de la mano de obra es la cantidad de bienes y servicios que produce un grupo de trabajadores en un tiempo determinado. Es uno de los varios tipos de productividad que los economistas miden. La productividad de la mano de obra, a menudo denominada productividad del trabajo, es una medida para una organización o empresa, un proceso, una industria o un país.

La productividad de la mano de obra debe distinguirse de la productividad de los empleados, que es una medida empleada a nivel individual basada en el supuesto de que la productividad global puede desglosarse en unidades cada vez más pequeñas hasta llegar, en última instancia, al empleado individual, con el fin de ser utilizada, por ejemplo, para asignar un beneficio o una sanción en función del rendimiento individual (véase también: curva de vitalidad).

En 2002, la OCDE la definió como “la relación entre una medida de volumen de la producción y una medida de volumen de los insumos”[2] Las medidas de volumen de la producción son normalmente el producto interior bruto (PIB) o el valor añadido bruto (VAB), expresados a precios constantes, es decir, ajustados a la inflación. Las tres medidas de insumos más utilizadas son:

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El crecimiento económico sostenido a largo plazo procede del aumento de la productividad de los trabajadores, lo que significa esencialmente lo bien que hacemos las cosas. En otras palabras, ¿con qué eficiencia utiliza una nación a sus trabajadores y otros recursos?  La productividad laboral es la producción que cada persona empleada crea por unidad de su tiempo. La forma más fácil de entender la productividad laboral es imaginar a un trabajador canadiense que puede hacer 10 barras de pan en una hora frente a un trabajador estadounidense que en la misma hora sólo puede hacer dos barras de pan. En este ejemplo ficticio, los canadienses son más productivos. Ser más productivo significa esencialmente que se puede hacer más en la misma cantidad de tiempo. Esto, a su vez, libera recursos que se pueden utilizar en otros ámbitos.

¿Qué determina la productividad de los trabajadores? La respuesta es bastante intuitiva. Los principales determinantes de la productividad laboral son el capital físico, el capital humano y el cambio tecnológico. También pueden considerarse como componentes clave del crecimiento económico.

El capital físico puede considerarse como las herramientas que tienen los trabajadores para trabajar. En términos más formales, el capital físico incluye las instalaciones y los equipos utilizados por las empresas, pero también la infraestructura, cosas como las carreteras y otros componentes de las redes de transporte que contribuyen a la economía. Las infraestructuras las proporcionan los gobiernos.    De nuevo, un mayor capital físico implica una mayor producción. El capital físico puede afectar a la productividad de dos maneras: (1) un aumento de la cantidad de capital físico (por ejemplo, más ordenadores de la misma calidad); y (2) un aumento de la calidad del capital físico (el mismo número de ordenadores pero más rápidos, etc.). El capital humano es el conocimiento acumulado (por la educación y la experiencia), las habilidades y la experiencia que posee el trabajador medio de una economía. Normalmente, cuanto mayor sea el nivel medio de educación en una economía, mayor será el capital humano acumulado y mayor será la productividad laboral.    La acumulación de capital humano y de capital físico son similares: en ambos casos, la inversión actual se traduce en una productividad a largo plazo en el futuro.

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La agricultura desempeña un papel fundamental en las economías del África subsahariana, y las diferencias de empleo intersectoriales son un fenómeno que merece ser investigado en el futuro. Las diferencias intersectoriales en los ingresos anuales por trabajador surgen de las diferencias en el volumen de empleo (horas por trabajador de mano de obra suministrada) más que de los salarios o la productividad por hora de mano de obra suministrada.    Entender por qué existen estas diferencias de empleo es crucial para comprender qué respuestas políticas pueden abordarlas.    Además de reducir las brechas de empleo en la agricultura, las políticas para mejorar el acceso de los trabajadores rurales a los sectores de la industria y los servicios son claramente fundamentales.

El cambio estructural se refiere a la reasignación de mano de obra de un sector de baja productividad a otro de mayor productividad y al crecimiento económico resultante de ese cambio. Por lo tanto, la premisa de una mayor rentabilidad del trabajo fuera de la agricultura es fundamental para el proceso de cambio estructural. Los datos de las cuentas nacionales sugieren que la mano de obra no agrícola en África es seis veces más productiva que la agrícola. ¿Son realmente tan elevadas las diferencias de productividad? Si es así, ¿por qué permanece tanta mano de obra en las zonas rurales y por qué la diversificación de los ingresos rurales sigue siendo baja? Comprender las diferencias de productividad intersectorial a nivel micro y su relación con la asignación de sectores es crucial para entender las fuerzas que impulsan las salidas de la mano de obra agrícola.

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