Reina elena de cataluña

juana de navarra, reina de inglaterra

Tras el éxito de la primera serie, Knightfall volverá a nuestras pantallas a finales de este año con el emocionante anuncio de que nada menos que el mismísimo Luke Skywalker, Mark Hamill, se unirá a la serie.
Para celebrarlo, hemos elaborado una guía con todo lo relacionado con la primera serie de Knightfall. Aquellos que sean nuevos en la serie o aquellos que deseen refrescar sus recuerdos pueden sumergirse en nuestro detallado recuento de la historia hasta el momento, mientras que los veteranos de la primera serie pueden deleitarse con la miríada de golosinas de los Templarios y la información detrás de las escenas que se encuentra a continuación. ¡Que lo disfrutes!
¿Quiénes eran los templarios? Formados a principios del siglo XII, poco después de la toma de Jerusalén durante la Primera Cruzada, el objetivo inicial de los templarios era proteger a los viajeros cristianos europeos que se dirigían a los lugares de Tierra Santa. Lo que comenzó como un grupo de nueve caballeros conocidos como Los Pobres Soldados de Cristo y del Templo de Salomón, en el transcurso de los siguientes doscientos años los Templarios crecerían hasta convertirse en la organización militar más grande, más rica y más poderosa de su tiempo.

juana i de navarra causa de la muerte

“Gran parte de nuestro contenido es fiel a los registros históricos, y aunque nos tomamos algunas libertades con fines de drama e intriga, la historia nos da al menos el marco”, explica el showrunner de Knightfall, Dominic Minghella, a Bustle. “Y -ya que la historia de los templarios es tan rica- ¡a menudo mucho más!”.
“Hay escenas que son asombrosamente fieles a los acontecimientos conocidos y a las fuentes históricas”, dice el historiador y consultor de Knightfall Dan Jones a Black Girl Nerds. “El detalle del Asedio de Acre de 1291, que abre el primer episodio, por ejemplo, está extraído en gran medida del relato del llamado Templario de Tiro como testigo ocular de esa increíble batalla urbana”.
“Todo esto era alta fantasía, que la gente de la Edad Media habría reconocido como tal: el Santo Grial no era más real que SPECTRE en las películas actuales de James Bond”, escribe Jones en su libro The Templars: The Rise and Spectacular Fall of God’s Holy Warriors. “La falsa pseudohistoria se confundió con la verdadera historia del cristianismo y de las cruzadas. Pero el mito del Santo Grial es un brillante punto de partida para la ficción”.

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El joven Jaime, a pesar de sus esponsales con Leonor, estaba deseando recibir las órdenes sagradas e ingresar en un monasterio. El Papa Juan XXII intervino para recordar a Jaime sus deberes[1] Ante la situación, el rey Jaime II y su hijo, cuya relación era tensa debido a la reticencia de este último a cumplir con sus obligaciones en la corte, firmaron un documento ante notario en octubre de 1319, en vísperas de la ceremonia matrimonial, donde el joven Jaime se comprometía a casarse. Posteriormente, en una entrevista entre padre e hijo, ambos acordaron que el joven Jaime sólo estaría presente en la misa nupcial, que se oficiaría en la ciudad de Gandesa, pero dejando sin discutir la cuestión de si el matrimonio debía consumarse, dada su oposición a la consumación, y teniendo en cuenta que los compromisos con el Reino de Castilla y León sólo obligaban a la celebración del matrimonio[1].
El 18 de octubre de 1319 tuvo lugar la ceremonia nupcial entre Jaime de Aragón y Leonor de Castilla. Jaime, según las crónicas de la época, se negó a dar el beso de la paz durante la ceremonia, y tuvo que hacerlo Jaime II[2] Tras la ceremonia, oficiada por el arzobispo de Tarragona, el novio volvió a transmitir a su padre su deseo de renunciar a sus derechos al trono e ingresar en un convento. Tras la ceremonia nupcial, y después de una discusión con su padre, huyó a caballo, dejando a su esposa abandonada, y en diciembre de 1319, renunció a sus derechos al trono de Aragón en el Convento de San Francisco de Tarragona. Inmediatamente, tomó el hábito de los Caballeros Hospitalarios en el Convento de Santo Domingo de la misma ciudad[2].

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La reina Elena de Cataluña fue la implacable reina de Cataluña. Rara vez aprobaba el compromiso entre su hijo, Lluis, y la princesa Isabel, debido a la dura relación con su prima, la reina Juana I de Navarra, especialmente cuando se trataba de Navarra. Elena tenía derecho al trono navarro ya que tenía el mismo abuelo que su prima la reina Juana I de Navarra.
Elena aparece por primera vez en El que se descubre a sí mismo, descubre a Dios. Cuando llega a París para ultimar el compromiso de su hijo, Lluis de Cataluña, con la princesa Isabel. Mientras saluda a su prima, Juana I de Navarra y a su marido, Felipe IV de Francia. Elena hace una insinuación sobre cómo Juana nunca ha visitado sus tierras en Navarra y la fertilidad de Juana.
Según la historia, Cataluña no era un reino sino un Principado de la Corona de Aragón, por lo que no existía Familia Real alguna. El verdadero Rey de Aragón ostentaría también el título de “Conde de Barcelona”, que en este año era Jaime II de Aragón, cuya esposa era Blanca de Anjou, Princesa de Nápoles. Por lo tanto, la reina Elena es un personaje completamente ficticio.

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