Salida a bolsa bankia

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El caso de Bankia se desarrolla en España, unos años después de la crisis financiera de 2008, que golpeó los mercados financieros a nivel internacional. Bankia es una empresa que surge en medio de una reestructuración financiera a partir de la fusión de Caja Madrid, un gran banco, con otras seis cajas de ahorro en 2010. Pocos meses después de su salida a bolsa, en 2011, se revela que lo que aparecía como un beneficio neto de 304,7 millones de euros era en realidad unas pérdidas de 2.979 millones. Además, algunos altos ejecutivos utilizan el dinero del banco para pagar sus propios gastos a través de las llamadas “tarjetas black”. El importe total de la malversación asciende a 15,5 millones de euros. Debido a un cambio de criterio contable, el valor patrimonial en 2012 disminuye en un 87,42%, pasando de 8554 a 1076 millones de euros (Climent y Pavía, 2015). Rodrigo Rato, presidente del banco, es destituido de su cargo y el Gobierno español coloca a otro presidente. El banco inicia un proceso de reestructuración pero las consecuencias serán catastróficas.
Como se ha explicado anteriormente, el resultado final fue causado por la suma de diferentes aspectos donde es importante destacar las consecuencias socio-morales del caso y cómo se pueden aplicar tanto las doctrinas atómicas como orgánicas de la responsabilidad penal corporativa dentro del caso.

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Los accionistas que acudieron a la emisión de acciones en 2011, cuando la empresa salió a bolsa con todos los parabienes de las autoridades reguladoras, han perdido todo su dinero. Tras la apertura de la sesión por parte de Rodrigo Rato con la tradicional campanada en el parqué madrileño, la cotización bajó implacablemente. Además, el split inverso, tan famoso como incomprendido por los ahorradores y por el público en general, perjudicó gravemente a los accionistas de Bankia (hasta el 99% de todo su dinero) y supuso entregarles una acción nueva por cada 100 que ya tenían.
La información sobre la salida a bolsa de Bankia está directamente relacionada con un folleto que no reflejaba la realidad de la entidad; tampoco los estados financieros de Bankia reflejaban la verdadera situación. Las acciones de Bankia salieron a bolsa en julio de 2011 a un precio de 3,75 euros cada una, ya que el banco había indicado que sus activos totales a finales de 2011 eran de unos 300 millones de euros, por lo que se esperaba que el valor de mercado el primer día de cotización estuviera entre 4,00 y 5,05 euros. Pero la cruda realidad llegó cuando, el 25 de mayo de 2012, la empresa se declaró en quiebra técnica con un agujero negro de 23.465 millones de euros, lo que hizo necesaria la inyección de dinero público por parte del Estado. Apenas 11 meses después de su fanfarria de apertura, la empresa dejó claro que sus cuentas no se correspondían con el verdadero valor del banco.

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El ex director gerente del fmi, rodrigo rato, en el juzgado

El ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato -que también fue ministro de Economía del Partido Popular (PP) y vicepresidente del Gobierno español- ha sido absuelto junto a otros acusados de fraude y falsificación de cuentas durante la fallida salida a bolsa de Bankia en 2011, símbolo de la crisis bancaria española.
Miles de pequeños inversores perdieron su dinero. El Estado español tuvo que nacionalizar el banco e inyectar 22.000 millones de euros para evitar su quiebra en un momento en que la economía española estaba sumida en una profunda crisis.
Rato fue acusado de falsificación de libros y fraude en perjuicio de los inversores. Se enfrentaba a una condena de ocho años y medio de cárcel si era declarado culpable.  Las otras 33 personas y entidades también juzgadas, entre ellas Bankia, también fueron absueltas.
En su sentencia, el tribunal dice que el folleto de la salida a bolsa contenía “información más que suficiente para que los inversores… se formaran una opinión razonada sobre el valor de la empresa” y que también contenía una “descripción completa y clara de los riesgos”.

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Los accionistas que participaron en la emisión de acciones de 2011, cuando la empresa salió a bolsa con la aprobación de los reguladores, han perdido efectivamente todo su dinero. Estos miles de accionistas han sufrido una pérdida del 99% de su dinero, no por la evolución del mercado, sino por la difícil situación financiera de la entidad.
Tras la publicación del reciente informe de los expertos del Banco de España, queda claro que la entidad no ofreció una imagen real de la situación financiera de Bankia, lo que llevó a miles de pequeños inversores a comprar acciones de la entidad, una decisión que la mayoría no habría tomado de haber conocido la situación real de la entidad, tal y como establece la ley.
Aunque a finales de 2011 presumía de unos activos totales de unos 300 millones de euros, el 25 de mayo de 2012 la entidad se declaró en quiebra técnica con un agujero de 23.465 millones de euros, lo que supuso tener que ser rescatada con dinero público del Estado.

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