Sociedad de clases siglo xix

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La imagen del siglo XIX como un período de grandes oportunidades para los hombres de energía y habilidad es una imagen que se ha establecido desde hace mucho tiempo. En el pasado, los historiadores han argumentado que una industriosa clase media hizo grandes fortunas en los primeros días de la revolución industrial y convirtió el éxito económico en poder político en la Ley de Reforma de 1832. Este poder político se utilizó entonces para garantizar que la política reflejara los intereses de la clase media. Estos argumentos presentan a la clase media como un cuerpo coherente que moviliza su poder económico y político para forjar la sociedad a su imagen. Esta clase media industrial y urbana, que desafiaba los privilegios de los terratenientes y la corrupción aristocrática, se esfuerza por establecer una sociedad basada en el mérito y no en el nacimiento. A través de la reforma educativa, los planes de mejora cívica y el crecimiento del mercado, la clase media victoriana se veía a sí misma facilitando la igualdad de oportunidades al permitir a las clases trabajadoras desarrollar sus capacidades. Estas reformas hacen que hoy vivamos en una sociedad abierta en la que todos tenemos la posibilidad de convertirnos en clase media… ¿no es así?

Valores victorianos

ResumenEl concepto de “clase” social, con toda la terminología que lo acompaña, fue un producto de los cambios económicos y sociales a gran escala de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Antes del auge de la industria moderna1, los escritores sobre la sociedad hablaban de “rangos”, “órdenes” y “grados” o, cuando querían dirigir la atención a determinadas agrupaciones económicas, de “intereses”. La palabra “clase” se reservaba para designar a un número de personas agrupadas con fines educativos2 o, de forma más general, para referirse a las subdivisiones en los esquemas de “clasificación”.3 Así, la edición de 1824 de la Encyclopœdia Britannica hablaba de “clases de cuadrúpedos, aves, peces, etc., que se subdividen a su vez en series u órdenes y éstos últimos en géneros”. Dirigía a sus lectores a los artículos sobre el “Reino Animal” y la “Botánica”. En 1824, sin embargo, la palabra “clase” ya se había establecido como una etiqueta social, y diez años más tarde John Stuart Mill comentaría:Palabras claveOpinión pública Clase mediaS Revolución industrial Principios del siglo XIX Término de clase

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La vida en el siglo XIX

En la base de la prosperidad y la pobreza de la Gran Bretaña victoriana se encontraba un enorme aumento de la natalidad y un cambio cada vez más acelerado en el equilibrio de la población entre el campo y las ciudades. Entre los censos de 1841 y 1901, el número de personas que vivían en el Reino Unido pasó de aproximadamente 27 millones a más de 41 millones y, en 1851, hasta un tercio de la población vivía en concentraciones de 20.000 o más personas.

Sin embargo, a pesar del crecimiento de las ciudades, algunos rasgos de la Gran Bretaña victoriana seguían siendo decididamente rurales. La aristocracia terrateniente vivía con gran comodidad, atendida por su personal doméstico, en sus fincas y los que ganaban dinero con la industria o el comercio solían invertirlo rápidamente en tierras.

La vida familiar, personificada por la joven reina Victoria, el príncipe Alberto y sus nueve hijos, era idealizada con entusiasmo. Sin embargo, para los más pobres no era más que una quimera, ya que la desigualdad social se acentuaba y se afianzaba.  La industrialización trajo consigo rápidos cambios en la vida cotidiana que afectaron a todas las clases y, como consecuencia, la sociedad victoriana estaba llena de extremos y contrastes sorprendentes.  En las ciudades, las nuevas construcciones y el desarrollo acomodado iban de la mano de barrios marginales superpoblados en los que la gente vivía en pésimas condiciones, trabajaba muchas horas y moría prematuramente. En el campo, los salarios de los jornaleros agrícolas eran bajos y, a medida que los trabajadores perdían cada vez más puestos de trabajo en favor de la maquinaria, engrosaban el creciente movimiento de las zonas rurales hacia las ciudades.

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El sistema de clases británico

La época victoriana en Gran Bretaña estuvo dominada por el reinado de la reina Victoria (1837-1901). Aunque fue una época pacífica y próspera, seguía habiendo problemas en la estructura social. Las clases sociales de esta época incluían la clase alta, la clase media y la clase baja. Los que tenían la suerte de pertenecer a la clase alta no solían realizar trabajos manuales. En su lugar, eran terratenientes y contrataban a trabajadores de clase baja para que trabajaran para ellos, o realizaban inversiones para crear un beneficio. Esta clase se dividía en tres subcategorías: Real, aquellos que provenían de una familia real, Media Superior, oficiales y señores importantes, y Baja Superior, hombres ricos y propietarios de negocios (Jerarquía Social de la Inglaterra Victoriana).

También se denominaba burguesía, y consistía en aquellos que tenían trabajos cualificados para mantenerse a sí mismos y a sus familias. Los comerciantes y tenderos se convirtieron en ocupaciones populares a medida que el comercio, tanto nacional como de ultramar, florecía. La gran escala de las nuevas industrias, como los ferrocarriles, los bancos y el gobierno, significaba que se necesitaba más mano de obra para asegurar el funcionamiento de las ciudades (Loftus). Las profesiones de cuello blanco tenían la posibilidad de ascender en la clasificación de las empresas y ganar un salario más alto. Era útil tener conexiones con los que ocupaban posiciones de poder, ya que podían conseguir trabajo más fácilmente. Además, la clase media también se dividía en dos categorías, la de nivel superior y la de nivel inferior. Las personas de la clase media baja solían trabajar para los del nivel superior (jerarquía social de la Inglaterra victoriana).

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