Como trabajar la empatia en niños

el conejo escuchó

Pero este enfoque en el yo excluyendo a los demás es perjudicial para nuestros hijos, según Michele Borba, autora del nuevo libro UnSelfie: Why Empathetic Kids Succeed in Our All-About-Me World. Más que las fotos en sí, el problema es la idea que las sustenta: que somos el centro de nuestro mundo, lo que refleja una menor atención a los demás y una falta de empatía.

Según Borba, los bajos niveles de empatía están muy extendidos en nuestra cultura, y en los niños se asocian con el acoso escolar, el engaño, la debilidad del razonamiento moral y los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Su libro es un llamamiento a los padres, profesores y otros adultos interesados para que ayuden a los niños a desarrollar la empatía y la generosidad hacia los demás, y está lleno de consejos basados en la investigación sobre cómo hacerlo.

Algunos consejos se centran en aumentar la alfabetización emocional en general, ayudando a los niños a comprender mejor sus propias emociones y las de los demás. Otros se centran en ayudar a los niños a fomentar un sentido de sí mismos como personas solidarias, haciéndoles participar en actividades en las que puedan ser generosos y modelando nosotros mismos la generosidad hacia los demás. Otras implican ayudar a los niños a convertirse en héroes morales, en la escuela y fuera de ella. A continuación se presentan algunas de las sugerencias de Borba.

qué es la empatía para los niños

Enseñar empatía a los niños pequeños es algo más que modelar, jugar a algunas actividades educativas o explicar los puntos de vista de los demás. Los innovadores descubrimientos de la neurociencia han ofrecido una nueva perspectiva sobre cómo podemos entender los sentimientos de los demás y cómo facilitar el desarrollo de la empatía en los niños.

La empatía cognitiva es la capacidad de comprender la perspectiva de otra persona y sentir su dolor. Este tipo de empatía se experimenta cuando uno se sumerge en la experiencia de otra persona sin perder su propio sentido del yo. También se denomina adopción de roles.

La empatía emocional es la experiencia vicaria del estado emocional de otra persona. Implica experimentar una respuesta emocional al evento, ya sea porque simpatizas con la persona (empatía reactiva) o porque sientes sentimientos similares (empatía paralela). La empatía emocional también se conoce como capacidad de respuesta emocional.

La empatía es vital para una sociedad cohesionada. Permite la toma de decisiones éticas, los actos amables y el altruismo1. La falta de empatía respecto a las emociones de los demás en la primera infancia se asocia con psicopatología2, como el trastorno de conducta3 y la psicopatía, más adelante en la vida.

cómo enseñar empatía a un adolescente

Desarrollar la empatía en los niños es una de nuestras tareas más importantes como padres y cuidadores. Hay tres tipos principales de empatía: emocional, cognitiva y compasiva. Según los expertos en empatía Daniel Goleman y Paul Ekman, utilizamos estas tres en conjunto para aprovechar todo el potencial de la empatía.

La empatía emocional puede ser la más familiar para nosotros. Es la capacidad de percibir las emociones que siente otra persona, como cuando se te saltan las lágrimas al ver una película triste o te sientes eufórico por el jugador que acaba de marcar el gol de la victoria.

La primera infancia es el momento perfecto para fomentar la empatía emocional: este procesamiento de las emociones se lleva a cabo en el sistema límbico, una parte del cerebro que se desarrolla a una edad temprana. Podemos cultivar esta capacidad natural en nuestros hijos de forma sencilla cada día.

En lugar de sentirnos intimidados por la enorme lista de sentimientos matizados que experimentamos, céntrate en ayudar a los niños a aprender primero las seis emociones básicas: Ira, Asco, Miedo, Alegría, Tristeza y Sorpresa. Estas emociones son experimentadas por personas de todo el mundo, según expertos como Paul Ekman.

cómo enseñar empatía a un niño de 12 años

Seth, de dos meses, empieza a inquietarse cuando su profesora, Tanya, le coloca con cuidado en su sillita. Tanya le habla con la esperanza de que su voz le calme. Cuando el niño empieza a quejarse, Tanya le frota la barriga y le canta su nombre, pero Seth sigue llorando. Finalmente, lo coge en brazos y lo mece lentamente hasta que empieza a calmarse. Aunque Tanya responde rápidamente al malestar de Seth, su enfoque es gradual, empezando por su voz. Al ir avanzando lentamente, deja que sea él quien le ayude a reconfortarse. El trabajo del recién nacido es aprender, con la ayuda del cariño, a calmarse a sí mismo. Al igual que hablarle a un bebé le ayuda a aprender el lenguaje, calmarle le ayuda a aprender a consolarse a sí mismo y, con el tiempo, a consolar a los demás.

Durante estas interacciones afectivas, los bebés se enamoran profundamente de las personas que les cuidan. Estas conexiones fuertemente sentidas les dan la capacidad emocional para los posteriores sentimientos de empatía. La empatía, un componente importante del desarrollo social y emocional, surge en el marco de relaciones consistentes y afectuosas a lo largo de varios años. Gran parte del trabajo de base se establece durante las primeras relaciones de apego que se forman en la infancia:

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