Como trabajar las emociones

Cómo dejar de sentir emociones

Las emociones importan. La inteligencia emocional es una habilidad crítica del siglo XXI, y como tal, las empresas con equipos ejecutivos emocionalmente inteligentes tienen una ventaja competitiva. Hoy en día, los directivos y ejecutivos no sólo deben dominar sus propias emociones, sino también elaborar estrategias para apoyar las emociones en el trabajo. Al hacerlo, en última instancia, se crea un entorno de trabajo más productivo, solidario y energizante para todos.

Durante la mayor parte del siglo XX, las empresas valoraban a los empleados que se comportaban como robots. Cuando el factor que limitaba el aumento de la productividad era el incremento de la eficiencia de los trabajadores de la cadena de montaje, tener emociones en el trabajo se convertía en un lastre. Si un trabajador tenía que tomarse un momento durante el trabajo en la fábrica para procesar sus emociones, eso retrasaba la línea de producción. De hecho, se dice que nuestro sistema educativo actual se ha desarrollado para formar a las personas para que se conviertan en trabajadores de la cadena de montaje que puedan ser sustituidos fácilmente. Pero los humanos no son robots o máquinas sin emociones.

Puede ser un reto dejar atrás las emociones cuando se llega al trabajo; por eso se llora en el baño cuando se espera que la gente sonría en sus escritorios. Las emociones, especialmente las negativas, pueden distraer en el mejor de los casos y debilitar en el peor. Además, las emociones positivas y negativas son contagiosas. Las emociones pueden propagarse inconscientemente entre las personas de un grupo, de modo que cuando te encuentras con alguien de mal humor, sin saberlo, puedes empezar a sentirte también molesto.

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La importancia de gestionar las emociones

Somos criaturas emocionales. Es difícil para nosotros, como humanos, no ser emocionales. Aunque, en general, es bueno estar en contacto con nuestras emociones y no reprimirlas, hay situaciones en las que, de alguna manera, debemos gestionar nuestras emociones especialmente bien. Los arrebatos emocionales en el trabajo pueden deberse directamente a cuestiones relacionadas con el trabajo o a factores de estrés de nuestra vida personal que se extienden a nuestra vida laboral. El manejo de nuestras emociones (sobre todo las negativas) en el trabajo suele considerarse una medida de nuestra profesionalidad.Según un estudio realizado, las emociones negativas más comunes que se experimentan en el trabajo son

¿Le resulta familiar alguna de estas emociones? Es posible que experimente otras emociones negativas menos comunes que también le harán sentirse estresado. Desde cierto punto de vista, nunca es bueno reprimir o suprimir las emociones, positivas o negativas. Sin embargo, nuestras emociones deben ser gestionadas para permitirnos funcionar en diversas situaciones. ¿Cuáles son algunas de las estrategias que puedes utilizar para hacer frente a las emociones negativas? 10 Estrategias para gestionar las emociones negativas en el trabajo1. Compartimentación (cuando las emociones negativas de casa afectan al trabajo)2. Técnicas de respiración profunda y relajación3. La regla de los 10 segundos4. AclararEs bueno aclarar antes de reaccionar, por si pudiera tratarse de un simple malentendido o falta de comunicación.5. Explotar la ira mediante el ejercicio6. Nunca respondas o tomes una decisión cuando estés enfadado7. Conozca sus desencadenantes8. Sea respetuoso9. Pide disculpas por cualquier arrebato emocional10. Nunca lleves tus emociones negativas a casa Ref: S13Consulta nuestros otros artículos sobre el estrés:

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Cómo controlar tus sentimientos por alguien

Consejos para la carrera profesionalEnfermera, currículum, entrevista, ventas…BúsquedaVida laboralConsejos para el lugar de trabajo y bienestarComo nuestra vida profesional es cada vez más exigente y la línea que separa el hogar del lugar de trabajo se difumina aún más, no es de extrañar que muchos trabajadores se sientan abrumados.

Los plazos pueden ser cada vez más ajustados y las listas de tareas pendientes más largas. La cultura del lugar de trabajo puede ser tóxica y las relaciones con los compañeros pueden ser tensas. La salud mental está en el punto de mira más que nunca, así que es hora de reconocer cómo nos sentimos realmente cuando estamos en el trabajo.

“Emociones como la ansiedad, el estrés, la frustración o incluso la apatía son perfectamente normales, siempre que no impidan seriamente la vida cotidiana”, dice Read. “Son tan válidas como las emociones que solemos considerar más positivas, como la satisfacción, el orgullo y la felicidad. Lo que marca la diferencia es cómo se responde a ellas”.

“Tendemos a machacarnos cuando no nos sentimos como creemos que deberíamos sentirnos todo el tiempo”, dice Read. “Pero la autocompasión y la aceptación de tus sentimientos es un buen primer paso para gestionar las emociones difíciles”.

Cómo controlar las emociones y los sentimientos

La doctora Barbara L. Fredrickson es una de las principales investigadoras de la psicología social, la ciencia afectiva y la psicología positiva, y lleva más de 20 años estudiando y avanzando en la ciencia de las emociones positivas. Entre sus muchos logros y honores, Barbara Fredrickson es más reconocida por su teoría de ampliación y construcción de las emociones positivas.

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Su investigación, y la base de su libro, “Positivity: La investigación de primera categoría revela la proporción de 3 a 1 que cambiará su vida”, explica que para que prosperemos en la vida, lo que el Diccionario de Cambridge define como crecer, desarrollarse o tener éxito, debemos tener tres experiencias emocionales positivas por cada experiencia emocional negativa.

Además de “sentirse bien”, entre los muchos beneficios psicológicos, la experiencia de las emociones positivas amplía nuestra mente, aumenta la creatividad y nos hace más ingeniosos y más resistentes a cosas como el estrés, lo que, a su vez, afecta positivamente a todas las áreas de nuestra vida, incluida nuestra satisfacción en el trabajo, nuestras conexiones sociales, la productividad laboral y mucho más. Basta pensar en cómo las emociones positivas pueden contribuir a nuestro compromiso en el trabajo.

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