▷ Enlaces a bibliotecas digitales | Actualizado octubre 2024

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Muchas bibliotecas digitales ofrecen desde hace tiempo facilidades para proporcionar contenidos multimedia, incluida la música. Sin embargo, en la actualidad existe una necesidad cada vez más urgente de apoyar específicamente las múltiples formas de música, los vínculos entre ellas y el contexto académico circundante, tal y como exigen los métodos transformados y ampliados que se están aplicando a la musicología y a las Humanidades Digitales en general.

La conferencia sobre Bibliotecas Digitales para la Musicología (DLfM) presenta un lugar específico para aquellos que trabajan en, y con, sistemas y contenidos de Bibliotecas Digitales en el ámbito de la música y la musicología. Esto incluye sistemas de bibliotecas digitales de música, su aplicación y uso en musicología, tecnologías para mejorar el acceso y la organización de las músicas en las bibliotecas digitales, bibliografía y metadatos para la música, intersecciones con los datos enlazados de la música, y los desafíos de trabajar con las múltiples representaciones de la música a través de colecciones digitales a gran escala como el Archivo de Internet y HathiTrust.

Esta, la sexta conferencia de Bibliotecas Digitales para la Musicología, sigue a los talleres anteriores en Londres, Knoxville, Nueva York, Shangai y París. En 2019, DLfM se enorgullece nuevamente de ser un evento satélite de la conferencia anual de la Sociedad Internacional de Recuperación de Información Musical (ISMIR) que se celebra en Delft, y en particular alienta los informes sobre el uso de métodos y tecnologías MIR dentro de los sistemas de la Biblioteca Digital de Música cuando se aplica a la búsqueda de la investigación musicológica.

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Esta sección hace hincapié en la capacidad de los sistemas de organización del conocimiento para vincular los recursos de las bibliotecas digitales con otros recursos relacionados. La base de esta vinculación es la identificación de información dentro de un recurso digital que puede extraerse y utilizarse para buscar y localizar información dentro de un KOS. El KOS puede utilizarse entonces para ampliar los códigos a un texto completo más explicativo, para proporcionar registros más descriptivos o para vincular los nombres de las entidades a los recursos de especímenes físicos.

Los profesionales de una disciplina utilizan esquemas de codificación para facilitar la comunicación dentro de esa disciplina. A menudo resulta útil conectar estos esquemas de codificación con los nombres completos que representa el código. Los ejemplos que se ofrecen aquí incluyen vínculos entre los códigos de registro de los bancos de datos y los datos de las secuencias biológicas, y entre los códigos industriales y el nombre completo que representa el código.

Las largas secuencias bioquímicas y genéticas que los biólogos moleculares, biotecnólogos y genetistas identifican cada día se guardan en bancos de datos. Se han desarrollado varios bancos de datos, por ejemplo, para cubrir secuencias de proteínas, nucleótidos y líneas celulares. Uno de los mayores bancos de datos contiene información sobre la cartografía del genoma humano. A medida que los biólogos moleculares empezaron a descubrir estas secuencias, las publicaron en revistas científicas. Pronto surgieron dificultades para redactar, corregir e imprimir el texto. A través de un proceso de normalización ad hoc, las principales editoriales biomédicas acordaron exigir la inclusión de códigos o números de banco de datos para estas secuencias en los artículos cuando se publican. Además, la propia secuencia debe registrarse en un banco de datos antes de publicar el artículo.

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Por muy incompletos que sean estos listados, lo más práctico es ordenarlos por continentes, por orden alfabético África, América, Asia, Oriente Medio, Australia y Europa. Esta ordenación muestra más claramente las lagunas o la ausencia de recursos. También debería funcionar como una invitación a presentar sugerencias.

La Biblioteca de la Universidad de Harvard ofrece en su guía de investigación para estudios chinos una visión general de sus ricas colecciones digitalizadas con libros chinos y otros materiales, unos 9.600 artículos, también accesibles a través de Harvard Digital Collections.

Con la desaparición temporal en 2021 de un útil portal que presentaba enlaces a bibliografías históricas en línea para doce países europeos, ha parecido útil crear una lista sucintamente comentada, actualmente para diecisiete países.

– Historische Bibliographie Online, Oldenburg Wissenschaftsverlag y Arbeitsgemeinschaft historischer Forschungseinrichtungen (AHF) – https://historische-bibliographie.degruyter.com/ – publicaciones desde 1990, no actualizadas desde 2015

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En un esfuerzo por cultivar la pasión por la lectura y proporcionar más acceso a los libros, los educadores están creando cada vez más bibliotecas digitales para sus alumnos, escribe Kathleen Palmieri, profesora de secundaria, para MiddleWeb.

Mediante diversas técnicas, los educadores animan a los alumnos a leer poniéndolos en contacto con libros nuevos y de fácil acceso que coinciden con sus intereses y reflejan sus identidades. “Es importante aprovechar los intereses de los estudiantes, y la incorporación de formas divertidas de construir una vida de lectura utilizando la tecnología es un camino definitivo para lograr estos objetivos”, escribe Palmieri.

Los bitmojis han arrasado en la comunidad educativa. Estos avatares de dibujos animados personalizables de los educadores -y de sus aulas- introducen a sus alumnos en lecciones virtuales, juegos, recursos y, cada vez más, en bibliotecas digitales, escribe Palmieri, que ofrece algunas instrucciones paso a paso sobre cómo hacer uno.

Para añadir libros, recorta “la portada de los libros que vas a exponer, pégalos en la estantería y luego inserta un enlace en la portada del libro utilizando la dirección web del mismo”, dice Palmieri. Cuando los alumnos hacen clic en las imágenes de las portadas de los libros digitales, pueden acceder a PDFs, vídeos de lectura en voz alta y a sitios web y aplicaciones como Epic y Sora que alojan libros electrónicos gratuitos.