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Visión, retos y liderazgo de las mujeres
La artesanía es una actividad que, cuando se fomenta, es capaz de promover el comercio sostenible y aumentar el mercado local. Así, la práctica de la artesanía está directamente relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU).
La ONU propone a todos los países un llamamiento urgente a la acción en una alianza mundial con 17 objetivos que deben alcanzarse antes de 2030. En otras palabras, los ODS son un plan de paz y prosperidad para las personas y el planeta, ahora y en el futuro.
El ODS número 5 trata sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y las mujeres para garantizar sus propios derechos. Por ello, este objetivo está directamente relacionado con la artesanía, ya que es una actividad predominantemente femenina. En Brasil, por ejemplo, según el IBGE, hay más de 8,5 millones de artesanos, de los cuales el 87% son mujeres.
Desde la posrevolución industrial, con las restricciones domésticas, la maternidad y los obstáculos para entrar y permanecer en el ambiente productivo tradicional, las artesanas compiten con el mercado y las técnicas de producción en serie mandadas por las máquinas, por ejemplo. Así, el trabajo artesanal ha sido un recurso para ayudar a la emancipación de las mujeres durante casi 200 años. Por desgracia, este hecho es también una de las razones históricas por las que la artesanía sigue siendo infravalorada por nuestra sociedad.
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La persona media compra un 60% más de ropa cada año, la mayoría de la cual se usa menos de 7 veces antes de tirarla. Esta tendencia anima a las empresas de moda rápida a producir continuamente cantidades masivas de prendas de baja calidad y baratas.
Pero la verdad es que la moda rápida sólo es posible a expensas de millones de trabajadores de la confección, el 75% de los cuales son mujeres y niñas, que a menudo trabajan en exceso en entornos peligrosos por un salario exiguo y en malas condiciones laborales.
En esta disparidad de trato y salario influye mucho la desigualdad de género, donde las mujeres se ven obligadas a trabajar muchas horas por un salario escaso, sin tener medios para buscar un empleo mejor o exigir un salario razonable.
El Día Internacional de la Mujer acaba de pasar, pero es vital que continuemos la conversación. La desigualdad de género en la economía cuesta a las mujeres de los países del mundo mayoritario 9 billones de dólares al año, una suma que no sólo daría un nuevo poder adquisitivo a las mujeres y beneficiaría a sus familias y comunidades, sino que también supondría un enorme impulso para la economía en su conjunto.
Artesanía y empoderamiento de la mujer
La capacitación económica de las mujeres es uno de los factores más importantes para lograr la igualdad de género y reducir la pobreza. Sin embargo, las oportunidades de las mujeres para ganar dinero se ven obstaculizadas por el alto nivel de desempleo o por actitudes patriarcales obstinadas.
Un proyecto en Armenia ayuda a las mujeres a superar estos problemas y las involucra en la producción de artesanía. Así, las mujeres tienen la oportunidad de ganar dinero y, al mismo tiempo, trabajar desde casa.
Su historia es típica de la región. Syunik es una de las zonas más remotas del país, con una población de 150.000 personas, y donde el desempleo es elevado. Dos tercios de los parados registrados son mujeres. Además, en muchos hogares, el miembro masculino de la familia se ha ido al extranjero en busca de trabajo, dejando a las mujeres la carga de cuidar a los niños.
Desde 2009, los estudios de artesanía ayudan a mujeres como Zari a entrar en el mundo laboral. El estudio de artesanía “Wool to Carpet” de Shinuhayr, donde trabaja Zari, se creó en 2014. Es uno de los muchos que hay en la región, y emplea a 120 mujeres en el lavado e hilado de lana y en la fabricación de alfombras y productos de alfombra. Además de la fabricación de alfombras, las mujeres también se dedican a la alfarería y el ganchillo.
Children Make – Belgrado 2014
Majdi Suleiman es un emprendedor jordano de 31 años con 4 años de experiencia laboral en los ámbitos de la capacitación de mujeres y jóvenes, así como del emprendimiento social. Es licenciado en Finanzas y Ciencias Bancarias (Universidad Hachemita de Jordania), tiene un diploma superior en Gestión Estratégica y Liderazgo (CMI Reino Unido) y un MBA con especialización en Emprendimiento e Innovación (Universidad de Sunderland Reino Unido).
Jordania es un país muy afectado por los desplazamientos, el desempleo y la pobreza. Mientras estudiaba las tasas de desempleo de las mujeres y los jóvenes en su país, Majdi se inspiró para centrarse en una carrera académica y profesional que lo preparara para convertirse en un emprendedor social con fuertes habilidades de liderazgo y administración de empresas, que pudiera cambiar las cosas para mejor. En 2018, se convirtió en el fundador de Diamond Hands. La organización ayuda a las mujeres y a los jóvenes a comercializar y vender sus productos artesanales y a desarrollar sus negocios caseros. Teniendo en cuenta el hecho de que aproximadamente el 52% de las mujeres y los jóvenes jordanos y sirios desempleados ya tienen habilidades artesanales, pero carecen de apoyo, orientación y comercialización de sus artesanías, el proyecto aborda exactamente este problema.
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.
