Neurociencia aplicada a la educacion

Neurociencia y educación: de la investigación a la práctica

La emergente disciplina de la neurociencia educativa se encuentra en una encrucijada entre quienes ven una gran promesa en la integración de la neurociencia y la educación y quienes consideran que la división disciplinaria es insuperable. Sin embargo, esta tensión se debe, al menos en parte, al predominio hasta ahora de la filosofía y la teoría sobre el establecimiento de mecanismos y agentes de cambio concretos. Para que la neurociencia de la educación avance y emerja como una disciplina diferenciada por derecho propio, es preciso superar las fronteras y los métodos tradicionales, y contar con una infraestructura que permita un intercambio colaborativo y productivo. En el presente trabajo, argumentamos que los psicólogos escolares tienen el potencial de satisfacer esta necesidad y representan importantes agentes de cambio en el establecimiento de mejores conexiones entre la investigación y la práctica. Más específicamente, utilizamos los Dominios de la Práctica de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares (NASP) (2020) para destacar varias áreas en las que la psicología escolar puede apoyar activamente el establecimiento de conexiones entre la neurociencia y la práctica educativa. Los psicólogos escolares representan un potencial sin explotar en su conocimiento, conjunto de habilidades y colocación para servir un papel vital en la construcción del puente entre la neurociencia y la educación.

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La neurociencia educativa (o neuroeducación,[1] un componente de Mente Cerebro y Educación) es un campo científico emergente que reúne a investigadores de la neurociencia cognitiva, la neurociencia cognitiva del desarrollo, la psicología de la educación, la tecnología educativa, la teoría de la educación y otras disciplinas relacionadas para explorar las interacciones entre los procesos biológicos y la educación. [2][3][4][5] Los investigadores de la neurociencia educativa estudian los mecanismos neuronales de la lectura,[4] la cognición numérica,[6] la atención y las dificultades que conllevan, como la dislexia,[7][8] la discalculia[9] y el TDAH, en relación con la educación. Los investigadores de esta área pueden vincular los descubrimientos básicos de la neurociencia cognitiva con la tecnología educativa para ayudar en la aplicación de los planes de estudio para la enseñanza de las matemáticas y la lectura. El objetivo de la neurociencia educativa es generar una investigación básica y aplicada que proporcione un nuevo relato transdisciplinar del aprendizaje y la enseñanza, capaz de informar a la educación. Uno de los principales objetivos de la neurociencia de la educación es tender un puente entre ambos campos mediante un diálogo directo entre investigadores y educadores, evitando a los “intermediarios de la industria del aprendizaje basado en el cerebro”. Estos intermediarios tienen un gran interés comercial en la venta de “neuromitos” y sus supuestos remedios[4].

Doctorado en neurociencia educativa

La emergente disciplina de la neurociencia educativa se encuentra en una encrucijada entre quienes ven una gran promesa en la integración de la neurociencia y la educación y quienes consideran que la división disciplinaria es insuperable. Sin embargo, esta tensión se debe, al menos en parte, al predominio hasta ahora de la filosofía y la teoría sobre el establecimiento de mecanismos y agentes de cambio concretos. Para que la neurociencia de la educación avance y emerja como una disciplina diferenciada por derecho propio, es preciso superar las fronteras y los métodos tradicionales, y contar con una infraestructura que permita un intercambio colaborativo y productivo. En el presente trabajo, argumentamos que los psicólogos escolares tienen el potencial de satisfacer esta necesidad y representan importantes agentes de cambio en el establecimiento de mejores conexiones entre la investigación y la práctica. Más específicamente, utilizamos los Dominios de la Práctica de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares (NASP) (2020) para destacar varias áreas en las que la psicología escolar puede apoyar activamente el establecimiento de conexiones entre la neurociencia y la práctica educativa. Los psicólogos escolares representan un potencial sin explotar en su conocimiento, conjunto de habilidades y colocación para servir un papel vital en la construcción del puente entre la neurociencia y la educación.

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“La educación consiste en mejorar el aprendizaje, y la neurociencia en comprender los procesos mentales implicados en el aprendizaje. Esta base común sugiere un futuro en el que la práctica educativa puede ser transformada por la ciencia, al igual que la práctica médica fue transformada por la ciencia hace aproximadamente un siglo.” – Informe de la Royal Society, Reino Unido, 2011

“La neurociencia educativa (también llamada Mente Cerebro y Educación o Neuroeducación[1]) es un campo científico emergente que reúne a investigadores de la neurociencia cognitiva, la neurociencia cognitiva del desarrollo, la psicología de la educación, la tecnología educativa, la teoría de la educación y otras disciplinas relacionadas para explorar las interacciones entre los procesos biológicos y la educación. [2][3][4][5] Los investigadores de la neurociencia educativa estudian los mecanismos neuronales de la lectura,[4] la cognición numérica,[6] la atención y las dificultades que conllevan, como la dislexia,[7][8]la discalculia[9] y el TDAH, en relación con la educación. Los investigadores de esta área pueden vincular los descubrimientos básicos de la neurociencia cognitiva con la tecnología educativa para ayudar en la aplicación de los planes de estudio para la enseñanza de las matemáticas y la lectura. El objetivo de la neurociencia educativa es generar una investigación básica y aplicada que proporcione un nuevo relato transdisciplinar del aprendizaje y la enseñanza, capaz de informar a la educación. Uno de los principales objetivos de la neurociencia de la educación es tender un puente entre ambos campos mediante un diálogo directo entre investigadores y educadores, evitando a los “intermediarios de la industria del aprendizaje basado en el cerebro”. Estos intermediarios tienen un gran interés comercial en la venta de “neuromitos” y sus supuestos remedios[4].

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