Que es cultura cientifica

Ciencia y cultura pdf

Así reza la declaración de intenciones de la revista desde su fundación en 1987. La revista se ha centrado en temas de importancia pública, especialmente en las controversias actuales o potenciales. Dichos temas se convierten en la razón de ser de conceptos de CTS, estudios culturales y debates políticos más amplios. Estos vínculos han hecho que la revista resulte atractiva para un amplio número de lectores, más allá de las disciplinas académicas.
SaC fue la sucesora de la Radical Science Journal (RSJ), que había surgido de los movimientos científicos críticos de los años setenta. Ésta floreció bajo el amplio paraguas de la Sociedad Británica para la Responsabilidad Social en la Ciencia, que publicaba la revista Science for People. Como argumentaban sus activistas, las soluciones técnicas estaban definiendo los problemas sociales de manera que reforzaban las agendas de las élites para la explotación de clase, la opresión de género y la degradación medioambiental, al tiempo que tecnificaban y, por tanto, despolitizaban dichas cuestiones (Bell, 2013; Werskey, 2007; véase http://www.bssrs.org/home).
Contribuyendo con perspectivas teóricas a esos debates estratégicos, la Revista de Ciencia Radical se basó en conceptos de los movimientos contraculturales, feministas, ambientalistas y de salud alternativa. De la teoría crítica de la tradición de la Escuela de Frankfurt, los conceptos clave de reificación y fetichismo se extendieron a la técnica y al conocimiento experto. Como ya han señalado los historiadores, los conceptos científicos básicos siempre han dependido de metáforas antiguas o nuevas; la RSJ analizó cómo éstas naturalizan valores específicos como propiedades de los hechos o artefactos. La crítica se basó en la idea de Marx: “Este fetichismo de las mercancías tiene su origen en el peculiar carácter social del trabajo que las produce…” Por analogía, los hechos científicos también fueron moldeados por las relaciones sociales del trabajo científico y, sin embargo, fueron fetichizados como productos de la naturaleza (Young, 1977).

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Gobierno científico

Los científicos han defendido generalmente ciertos principios que han proporcionado tradiciones que van más allá de las fronteras geográficas. Los científicos del mundo constituyen de hecho una subcultura supranacional y han desarrollado un sistema de valores de gran relevancia para la sociedad. Cualidades importantes como la integridad, la honestidad y la búsqueda de la verdad se consideran elementos esenciales en la subcultura científica. La ciencia también permite la estética y tiene un lugar para la belleza en la propia ciencia. Sin embargo, lo que no se suele entender es la necesidad de la ciencia en la sociedad o en la propia vida, más allá de los fines utilitarios. Es evidente que la ciencia también tiene un lugar en la sociedad, al igual que la poesía y la filosofía.
A pesar de las grandes virtudes de la ciencia y de su impacto positivo en el ser humano en general, es importante que seamos conscientes de cómo se practica la ciencia a nivel laboral y de cómo puede desarrollar rasgos indeseables a lo largo del tiempo. Esta introspección y alerta son necesarias para preservar la cultura de la ciencia y la propia ciencia a largo plazo. El decreciente entusiasmo por la ciencia y la baja prioridad que recibe en el sistema de valores en muchas sociedades y entre las generaciones más jóvenes hace que sea imperativo examinar ciertos rasgos que han surgido en el pasado reciente. Intentaré examinar brevemente algunas de estas cuestiones.

La ciencia como forma de actividad cultural humana

La comunicación de la ciencia en español es especialmente imperativa en América Latina. El analfabetismo funcional intrínseco, enmarcado en la falta de recursos económicos y educativos, la desigualdad, la pobreza, la inestabilidad política y social, son retos históricos que impiden a esta región desplegar todo su potencial (UNESCO, 2020). Además, y debido a estas cuestiones, América Latina se enfrenta a una crisis de fuga de capital humano, en la que un alto porcentaje de las personas que cursan estudios académicos superiores acaban emigrando y aprendiendo una segunda lengua. Esto se refleja en una marcada falta de disponibilidad de recursos educativos en español dirigidos a las comunidades latinoamericanas.
Los blogs y las plataformas de los medios sociales, que son recursos especialmente abiertos y de fácil acceso, tienen un fantástico potencial para abordar esta carencia, ya que están permitiendo que la información y la educación lleguen a todos los hogares en una medida sin precedentes. Una de estas iniciativas regionales, la Red Latinoamericana de Cultura Científica (RedLCC), reúne a científicos regionales que comunican la ciencia para las comunidades latinoamericanas y, en consecuencia, también alimenta la dimensión “Ciencia para la Diplomacia” de la Diplomacia Científica.

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Patrón científico

Así reza la declaración de intenciones de la revista desde su fundación en 1987. Se ha centrado en temas de importancia pública, especialmente en las controversias actuales o potenciales. Dichos temas se convierten en la razón de ser de conceptos de CTS, estudios culturales y debates políticos más amplios. Estos vínculos han hecho que la revista resulte atractiva para un amplio número de lectores, más allá de las disciplinas académicas.
SaC fue la sucesora de la Radical Science Journal (RSJ), que había surgido de los movimientos científicos críticos de los años setenta. Ésta floreció bajo el amplio paraguas de la Sociedad Británica para la Responsabilidad Social en la Ciencia, que publicaba la revista Science for People. Como argumentaban sus activistas, las soluciones técnicas estaban definiendo los problemas sociales de manera que reforzaban las agendas de las élites para la explotación de clase, la opresión de género y la degradación medioambiental, al tiempo que tecnificaban y, por tanto, despolitizaban dichas cuestiones (Bell, 2013; Werskey, 2007; véase http://www.bssrs.org/home).
Contribuyendo con perspectivas teóricas a esos debates estratégicos, la Revista de Ciencia Radical se basó en conceptos de los movimientos contraculturales, feministas, ambientalistas y de salud alternativa. De la teoría crítica de la tradición de la Escuela de Frankfurt, los conceptos clave de reificación y fetichismo se extendieron a la técnica y al conocimiento experto. Como ya han señalado los historiadores, los conceptos científicos básicos siempre han dependido de metáforas antiguas o nuevas; la RSJ analizó cómo éstas naturalizan valores específicos como propiedades de los hechos o artefactos. La crítica se basó en la idea de Marx: “Este fetichismo de las mercancías tiene su origen en el peculiar carácter social del trabajo que las produce…” Por analogía, los hechos científicos también fueron moldeados por las relaciones sociales del trabajo científico y, sin embargo, fueron fetichizados como productos de la naturaleza (Young, 1977).

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