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Que es la astenia primaveral
Fatiga primaveral
El significado original de la palabra astenia tiene su origen en el griego, y significa falta de fuerza o vigor. Identificar este problema es complejo porque puede manifestarse con diferentes síntomas y en diferentes grados en cada persona. La forma más fácil de identificar si una persona sufre astenia primaveral es el tiempo que lleva experimentando los síntomas de cansancio y fatiga asociados a ese problema.
Diversos factores ambientales habituales en primavera inducen una serie de mecanismos en el organismo que alteran la regulación de los ritmos circadianos. Esta alteración se debe a un cambio en la secreción de hormonas relacionadas con las endorfinas, el cortisol, la melatonina, etc. Estos cambios hormonales provocan un cambio en los ritmos biológicos, que durante el proceso de adaptación a las nuevas condiciones ambientales son más exigentes en el consumo energético diario.
Debido a la gran variedad de factores implicados, los síntomas de la astenia primaveral pueden suponer el 30% de las consultas médicas1, lo que la convierte en un motivo frecuente de búsqueda de atención médica. La fatiga crónica representa hasta el 10% de estos casos, y entre el 0,2% y el 0,7% de las personas son diagnosticadas de síndrome de fatiga crónica.
Fatiga estacional
El nombre científico nos deja perplejos, pero los nombres habituales en inglés de esta afección son más claros: spring fatigue o springtime lethargy. Ahí lo tienes: el sol primaveral brilla y no sabes por qué estás somnoliento, apático, de mal humor, ansioso o tienes dolor de articulaciones o de cabeza.
Una de las causas del cansancio primaveral es que el suministro de serotonina del cuerpo se ha agotado a lo largo del invierno. En primavera, el cuerpo vuelve a ponerse en marcha, pero apenas tiene la “hormona de la felicidad” para darla. Los déficits nutricionales tampoco ayudan. Si necesitas producir mayores niveles de energía, tus células necesitan las vitaminas y minerales adecuados para trabajar.
Otras razones del letargo primaveral son francamente burocráticas. Tu cuerpo no percibe las estaciones con la misma rapidez que el calendario de la pared y el cambio de hora significa que tu reloj interno no sabe por qué se ha adelantado una hora en marzo. A medida que los días se alargan, incluso te apetece despertarte antes y permanecer despierto durante más tiempo con la progresión gradual del amanecer y el atardecer hasta la madrugada.
Fallo de fatiga del muelle
Hasta hace relativamente poco se pensaba que la astenia primaveral sólo afectaba a los adultos, nada más lejos de la realidad. Los niños y los bebés también sufren astenia primaveral, se vuelven más irritables, más cansados, no tienen hambre y les cuesta conciliar el sueño. Si a estos síntomas propios de los cambios estacionales añadimos el encierro, el cóctel puede ser explosivo.
La astenia primaveral es un trastorno temporal que no afecta a todos por igual, ni a pequeños ni a mayores. Está causada por una alteración hormonal, concretamente de la beta-endorfina, que reduce su producción, y que es la responsable del bienestar en el organismo. No existe un remedio mágico contra ella, pero eso no significa que no haya que darle importancia.
Lo normal es que el cuerpo tarde entre una semana y 15 días en acostumbrarse a la nueva estación, al mayor número de horas de sol, a los cambios de temperatura y otros años, a los cambios de actividad. Este 2020, debido al estado de alarma y al encierro más o menos severo que se está produciendo en España, es posible que todos, bebés, niños y adultos, tardemos mucho más en acostumbrarnos.
Fatiga otoñal
Sé que es el último lunes de febrero y que todos deberíamos sentir la llegada de la primavera, pero ahora mismo está nevando. Sin embargo, tengo muchas esperanzas de que la primavera acabe llegando, y cuando lo haga, la astenia primaveral nos atacará.
Al parecer, nuestro cuerpo no puede adaptarse tan rápidamente al cambio climático y ambiental. No he podido encontrar ninguna explicación racional en Internet, pero esta falta de adaptabilidad crea un desequilibrio hormonal.
También me encontré con la idea de que la astenia tiene que ver con el exceso de luz solar. A través de los receptores de nuestros ojos, nuestro cerebro ajusta el nivel de melatonina (hormona del sueño) y a nuestro cuerpo no le gusta este cambio hormonal.
Suena bastante mal, lo sé. Pero no lo es. Normalmente, la astenia se confunde con la depresión, ya que los síntomas son bastante similares. Lo que pasa con la astenia es el tiempo. Además, suele desaparecer por sí sola en unos días o un par de semanas. Estas cosas no ocurren con la depresión.
Si parece que no desaparece y empiezas a preocuparte, lo mejor que puedes hacer es ir a un terapeuta y tener una charla rápida. Dile cómo te sientes y que te preocupa que pueda ser algo más. Él te dirá qué debes hacer a continuación.
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.