Baja por lumbalgia derecho laboral

Herramienta de evaluación del riesgo de dolor de espalda

Esta revisión sistemática de 22 artículos encontró que varios factores laborales y no laborales predicen de forma significativa la duración de la baja laboral tras seis semanas de ausencia por dolor lumbar (LBP). Las revisiones anteriores han identificado los factores que predicen la ausencia por enfermedad durante la fase “aguda” de la ausencia por dolor lumbar (0-6 semanas de ausencia), como las expectativas de recuperación, el dolor, la discapacidad, los factores físicos del lugar de trabajo, las tareas modificadas y los factores psicosociales del lugar de trabajo. Esta revisión examinó las fases “subaguda” (6-12 semanas de ausencia) y “crónica” (más de 12 semanas de ausencia). El retraso en la reincorporación al trabajo (RTW) se asoció con: mayor edad en las fases subaguda y crónica (evidencia moderada); intensidad del dolor en la fase crónica (moderada), pero no en la fase subaguda (evidencia fuerte); y retraso en la derivación para la intervención en la fase crónica (fuerte). La rapidez de la reinserción laboral se asoció con las intervenciones sanitarias en las fases crónica y subaguda (moderada); las expectativas de recuperación en la fase subaguda (moderada) con pruebas insuficientes en la fase crónica; y la menor exigencia de trabajo físico en la fase crónica (moderada) con pruebas insuficientes en la fase subaguda. No hubo pruebas suficientes sobre el impacto de las tareas modificadas en el TRW en la fase crónica y no se publicaron pruebas sobre su impacto en la fase subaguda. Faltan pruebas de investigación sobre los factores psicosociales del entorno de trabajo, como el apoyo social/colaborador y la satisfacción laboral, en ambas fases.

Cuánto tiempo de baja laboral por dolor de espalda

Dos tercios de los trabajadores que padecen dolor de espalda consideran que no reciben apoyo en el lugar de trabajo por falta de disposiciones. Las principales áreas señaladas son el asesoramiento sobre la prevención del dolor de espalda, la evaluación del puesto de trabajo o el fomento del ejercicio físico. El 49% de los encuestados también declaró que no se toman pequeñas pausas en el trabajo para moverse y aliviar o prevenir las lesiones y el dolor.

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El dolor de espalda es la principal causa de enfermedad de larga duración en el Reino Unido y fue responsable de más de 15 millones de días de enfermedad en 2013. La investigación también reveló que alrededor de 3,4 millones de personas en el Reino Unido (15%) se han visto obligadas a tomarse más de un mes de baja laboral debido a sus síntomas.

Los principales factores que contribuyen al dolor de espalda son el estilo de vida sedentario, la falta de acceso al tratamiento, el diagnóstico y la mala orientación. Más de la mitad de los encuestados afirmaron llevar un estilo de vida sedentario; sin embargo, una vez que tienen dolor, esta cifra se dispara hasta el 74%, que se resigna a llevar un estilo de vida sedentario.

“En la mayoría de los casos se trata de una combinación de factores que conducen al dolor, y los síntomas pueden mejorarse enormemente mediante el ejercicio adecuado, la fisioterapia y algunos cambios sencillos en el estilo de vida. La intervención temprana no sólo puede ayudar al personal a recuperar su salud lo antes posible, sino que también puede reducir el tiempo que los empleados se ven obligados a ausentarse del trabajo como consecuencia de su dolor de espalda y evitar el estrés y la ansiedad que puede provocar el hecho de que el problema no se diagnostique adecuadamente. Se pueden realizar ajustes razonables en los entornos de trabajo para garantizar que las personas estén lo más protegidas posible contra el dolor de espalda en el lugar de trabajo.”

Estadísticas sobre el dolor de espalda relacionado con el trabajo

Algunos grupos de trabajadores tienen más dolor que otros. Por ejemplo, los trabajadores de la construcción tienen más probabilidades de sufrir lumbalgia que los de otras ocupaciones. Además, los trabajadores de 45 a 64 años tienen más dolor que los más jóvenes.

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Los resultados, publicados en la revista Annals of Internal Medicine, exploran los datos de la Encuesta Nacional de Salud y ponen de relieve la necesidad de prevenir el dolor lumbar, una afección que afecta a casi 40 millones de trabajadores estadounidenses.

De todos los trabajadores con dolor de espalda, el 20% fue informado por un profesional de la salud de que su dolor estaba relacionado con el trabajo.    Es probable que esta cifra sea una representación insuficiente de la relación con el trabajo, ya que la mayoría de los trabajadores no comentaron con su profesional sanitario si su dolor podía estar relacionado con el trabajo.

Si no se tienen en cuenta los factores laborales, el dolor lumbar ocasional puede convertirse en un problema más grave. Las exigencias físicas del trabajo, el escaso apoyo de los supervisores y la insatisfacción laboral pueden contribuir al dolor de espalda, y un diagnóstico e intervención tempranos pueden ser clave para una recuperación completa.

Restricciones laborales para la lumbalgia

El dolor lumbar es una condición de salud común en la población trabajadora. Teniendo en cuenta que la prevalencia a lo largo de la vida es del 60-85%, el dolor lumbar inespecífico acabará afectando a casi todo el mundo durante su vida laboral, tanto a hombres como a mujeres (1). El dolor lumbar es un motivo frecuente de búsqueda de atención médica, ya que el 42% de la población adulta consulta anualmente a un profesional sanitario por sus dolencias (2). En los Países Bajos, alrededor del 24% de las personas con dolor lumbar se dan de baja por enfermedad; el 6% no se reincorpora al trabajo en 4 semanas (2).

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En las dos últimas décadas, se ha documentado ampliamente que la carga física provocada por el levantamiento frecuente de objetos, las posturas incómodas para la espalda y la vibración de todo el cuerpo son factores de riesgo para la aparición de dolor lumbar (3-5) y las consiguientes enfermedades (6, 7). Estos factores de riesgo laboral se han incorporado a varias directrices nacionales e internacionales destinadas a reducir la aparición del dolor lumbar relacionado con el trabajo (8-10). A pesar de estas pruebas sobre los factores de riesgo laboral del dolor lumbar, muchos médicos se enfrentan al problema de si un episodio de dolor lumbar inespecífico en un trabajador concreto puede ser consecuencia de sus condiciones laborales. En la práctica, es difícil determinar hasta qué punto el episodio individual puede atribuirse a una (combinación de) exposición específica en el trabajo según criterios específicos (por ejemplo, superación de los límites de exposición laboral aconsejados). La mayoría de las directrices de salud laboral para el tratamiento del dolor lumbar no determinan la relación del dolor lumbar con el trabajo cuando se trata de un trabajador individual que se presenta con dolor lumbar (10).

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