Contrato laboral por obra y servicio

Qué es el contrato de trabajo

Un contrato de trabajo, también conocido como acuerdo laboral, es un documento necesario para las empresas de diversos sectores. Ayudan a los empleados a entender las normas que se espera que cumplan mientras trabajan en la empresa y ayudan a los empresarios a reducir los riesgos de responsabilidad laboral.

Hay algunas cosas que debe saber sobre los contratos de trabajo antes de redactar uno para su empresa. A continuación, explicamos qué es un contrato de trabajo, por qué es importante y cómo redactar uno, con un modelo de contrato de trabajo que puede utilizar como guía.

Un contrato de trabajo es un acuerdo firmado por el empleado y el empleador (o el sindicato) sobre los derechos, responsabilidades y obligaciones de ambas partes durante el periodo de empleo. Un contrato de trabajo suele incluir los siguientes elementos:

Por lo general, todos los empleados deben firmar un contrato de trabajo. Sin embargo, los términos y condiciones del acuerdo pueden variar en función del tipo de empleado que se contrate. A continuación, te presentamos un desglose de los tipos de empleados más comunes:

Qué es el contrato laboral en la construcción

Cuando alguien realiza un trabajo para otro y recibe una remuneración por sus servicios, lo llamamos contrato laboral o contrato de servicios. Según la legislación neerlandesa, la diferencia supone una gran diferencia en términos de rescisión y responsabilidad. Pero, ¿cuál es la diferencia y cómo afecta a las partes contratantes?  El abogado especializado en derecho laboral de los Países Bajos Sander Schouten lo explica.

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En los Países Bajos, una relación laboral debe tener tres elementos: trabajo (servicios prestados), salario y una relación de autoridad (entre el empleado y el empresario). Si no se cumplen estos criterios, no se califica como empleo. Si alguien recibe una remuneración por su trabajo, pero no existe una relación de autoridad, se habla de un acuerdo de servicios (por ejemplo, cuando se solicita el asesoramiento de un abogado o la contratación de un trabajo de construcción de una casa nueva).

La diferencia radica, en primer lugar, en el derecho aplicable: los contratos laborales se rigen por el derecho laboral neerlandés, mientras que los servicios se rigen por el derecho contractual general. Debido a las estrictas normas relativas, por ejemplo, a la jornada laboral, el salario y el despido, un empresario en los Países Bajos está limitado en la forma en que quiere emplear a las personas. Sin embargo, en el caso de un contrato de servicios, las partes son libres en gran medida de acordar qué y cómo desean.

Características del contrato de servicios

El contrato se celebra entre un “empleado” y un “empleador”. Ha surgido a partir del antiguo derecho del amo y el siervo, utilizado antes del siglo XX. El contrato de trabajo se basa en el concepto de autoridad, en el que el empleado se compromete a aceptar la autoridad del empleador y, a cambio, el empleador se compromete a pagar al empleado un salario determinado (Simon, 1951).

El contrato de trabajo suele definirse como un “contrato de servicio”[1]. Históricamente, el contrato de servicio se ha distinguido del contrato de prestación de servicios, expresión que se ha modificado para implicar la línea divisoria entre una persona “empleada” y otra “autónoma”. El objetivo de la línea divisoria es atribuir derechos a algunos tipos de personas que trabajan para otros. Puede ser el derecho a un salario mínimo, a la paga de vacaciones, a la baja por enfermedad, al despido procedente[2], a una declaración escrita del contrato, al derecho a organizarse en un sindicato, etc. Se parte de la base de que los auténticos autónomos deberían poder ocuparse de sus propios asuntos y, por lo tanto, el trabajo que realizan por cuenta ajena no debería conllevar la obligación de ocuparse de estos derechos.

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Contrato de trabajo filipino

El Tribunal Supremo en “Government of Andhra Pradesh V. Guntur Tobaccos Limited” -AIR 1965 SC 1396 señaló que un contrato para una obra en cuya ejecución se utilizan bienes puede adoptar una de las tres formas siguientes:

En la última clase no hay venta porque, aunque la propiedad se transmite, no lo hace a cambio de un precio. El hecho de que un contrato sea de la primera o de la segunda clase debe depender de las circunstancias; si es de la primera, se trata de un contrato mixto de obra y venta de bienes. Si es de la segunda categoría, se trata de un contrato de ejecución de obra que no implica la venta de bienes.

La cuestión de si un contrato es un contrato de obra o un contrato de venta es objeto de precedentes en la materia. Los principios, como demuestran los casos resueltos, están bien definidos, pero la aplicación de dichos principios a los casos concretos suele plantear dificultades. Para determinar si un contrato constituye un contrato de trabajo o un contrato de venta, es el interés y el objeto dominante de las partes al celebrar el contrato, tal como se desprende de los términos del contrato, las circunstancias del contrato y los usos del comercio, lo que proporciona un indicador orientativo. El objeto de las partes debe deducirse necesariamente de los términos del contrato.

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