Sindicatos
Un volumen creciente de investigaciones demuestra que la erosión del poder de negociación de los trabajadores y de la negociación colectiva ha conducido a la supresión de los salarios y al deterioro de la participación del trabajo en los ingresos. Al mismo tiempo, las propuestas políticas audaces y sólidas para reforzar el poder de negociación de los trabajadores han alcanzado un nuevo nivel de prioridad para el centro-izquierda. El presidente electo Joe Biden ha presentado una amplia propuesta para reforzar la capacidad de los trabajadores para formar sindicatos, y recientemente se ha aprobado en la Cámara de Representantes de EE.UU. una reforma integral de la Ley Nacional de Relaciones Laborales (NLRA).
Para apreciar plenamente la necesidad de una reforma integral de la legislación laboral es necesario comprender las graves deficiencias de la ley actual y cómo han sido explotadas a lo largo de los años por los empresarios que se resisten a los esfuerzos de sus trabajadores para formar sindicatos. Las deficiencias estructurales de la ley, exacerbadas por las enmiendas antisindicales a la NLRA en 1947 y ayudadas por una serie de fallos de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) y de los tribunales, han permitido a los empresarios interferir en los esfuerzos de sus trabajadores por organizar sindicatos y derrotarlos, sin tener que afrontar consecuencias reales por ello. El efecto completo de estas tendencias puede verse analizando la drástica caída de la nueva sindicalización en la década de 1970, una trayectoria de la que el movimiento obrero nunca se ha recuperado.
Sindicato de trabajadores
La mano de obra es una parte importante de la empresa y es crucial para su riqueza y productividad a largo plazo. Sin embargo, la inversión de capital humano en una corporación no está diversificada y depende de la rentabilidad de la empresa. Si la empresa se hunde y se producen despidos, los trabajadores no sólo sufren la pérdida de su inversión y de sus ingresos futuros, sino que además deben encontrar un nuevo empleo. Aunque numerosos estudios han examinado cómo los empleados intentan influir en las decisiones de las empresas, hay pocas pruebas directas sobre si los trabajadores tienen voz en el gobierno corporativo.
En un nuevo estudio, examinamos si los trabajadores desempeñan una función de gobierno para frenar el comportamiento poco ético de los directivos: el uso oportunista de información privilegiada. También exploramos varios mecanismos económicos a través de los cuales la mano de obra puede influir en el comportamiento oportunista con información privilegiada y evaluamos las consecuencias económicas del efecto disciplinario de la mano de obra.
Nuestra muestra se basa en la intersección de dos fuentes de datos primarias: la información sobre sindicalización a nivel de empresa procedente de los archivos 10-K de las compañías, disponibles a través de EDGAR de la SEC, y los datos sobre tráfico de información privilegiada en Estados Unidos procedentes de la base de datos de archivos de información privilegiada de Thomson Reuters. Nuestra muestra final consiste en 33.515 observaciones de años de empresa de 5.054 empresas únicas para el período 1996-2017. Encontramos que la voz laboral está relacionada negativamente tanto con la frecuencia de las operaciones oportunistas con información privilegiada como con la rentabilidad, incluso después de controlar diversas variables específicas de la empresa que, según estudios anteriores, son buenos predictores de la actividad de las operaciones con información privilegiada. Las operaciones oportunistas con información privilegiada son entre un 7,0% y un 7,9% más bajas en las empresas sindicadas que en las no sindicadas. Además, el rendimiento anormal medio de las acciones de las empresas con información privilegiada es un 9,5% menor. Nuestros resultados sugieren que el trabajo organizado desempeña un papel eficaz para disciplinar el comportamiento oportunista de las operaciones con información privilegiada.
Sindicalización
Whirlpool Corporation valora la diversidad y trata a las personas con justicia y equidad. Garantizamos la igualdad de oportunidades de empleo y promoción para todas las personas cualificadas. Whirlpool asegura que el empleo -incluyendo la contratación, el pago, los beneficios, el avance, la terminación y la jubilación- se basa en la capacidad y no en las creencias o cualquier otra característica personal.
Whirlpool trata a todos los trabajadores con respeto y dignidad, y no tolerará el abuso, el castigo corporal y/o el acoso a los empleados, incluyendo el acoso físico, sexual, psicológico o verbal.
Movimiento obrero
Informe – Por Josh Bivens, Lora Engdahl, Elise Gould, Teresa Kroeger, Celine McNicholas, Lawrence Mishel, Zane Mokhiber, Heidi Shierholz, Marni von Wilpert, Valerie Wilson y Ben Zipperer – 24 de agosto de 2017
Los estadounidenses siempre se han unido -ya sea en las asociaciones de padres de alumnos o en las organizaciones comunitarias locales- para resolver problemas y realizar cambios que mejoren sus vidas y sus comunidades. A través de los sindicatos, las personas se unen para luchar por mejoras en el lugar donde pasan una gran parte de sus horas de vigilia: el trabajo.
La libertad de los trabajadores para unirse en sindicatos y negociar con los empresarios (en un proceso conocido como negociación colectiva) está ampliamente reconocida como un derecho humano fundamental en todo el mundo. En Estados Unidos, este derecho está protegido por la Constitución y la legislación del país, y cuenta con el apoyo de la mayoría de los estadounidenses1.
Más de 16 millones de mujeres y hombres trabajadores en Estados Unidos ejercen este derecho: estos 16 millones de trabajadores están representados por sindicatos. En total, más de uno de cada nueve trabajadores estadounidenses está representado por sindicatos. Esta representación convierte a los sindicatos en una de las mayores instituciones de Estados Unidos2.
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Bienvenid@, soy Patricia Gómez y te invito a leer mi blog de interés.