Combinar dos suelos diferentes

cómo leer un mapa del suelo

En cualquier caso, esto es lo que hice el pasado otoño para preparar una nueva parcela para la próxima temporada. Excavé unos 2,5′ de profundidad con la esperanza de que el césped y las cosas compostables de más abajo se convirtieran en abono. Tengo un suelo arcilloso. Supongo que puedo informar en unos meses para decir cómo fue, pero sería bueno saber lo que la gente ya ha experimentado.

Una vez que llegas por debajo de la zona radicular, lo único que estás afectando es el drenaje. La profundidad de la zona radicular varía de una planta a otra; véase, por ejemplo, “Desarrollo radicular de los cultivos hortícolas”. Incluso cuando las raíces pivotantes son muy profundas, probablemente quieras centrarte en el lugar donde se encuentran la mayoría de los pelos de las raíces, durante la mayor parte del tiempo que la planta está creciendo, que es, por supuesto, menos profundo.

Algunos piensan que no hay que labrar en absoluto. Yo no lo hago, porque utilizo centeno de invierno que necesita ser removido, porque añado compost cada cierto tiempo y porque tengo raíces de árboles invasoras que tengo que vigilar.

cartografía de suelos mediante teledetección

Resumen Se estableció un nuevo sistema de clasificación del potasio (K) disponible para las plantas en los suelos, basado en la tasa de liberación de K de los suelos y en los índices de crecimiento de las plantas. En el estudio, se analizaron catorce suelos agrícolas diferentes desde las zonas subtropicales del sur hasta las zonas templadas del norte de China mediante métodos de extracción química y técnicas de cultivo exhaustivas. Sobre la base de las tendencias de cambio en los índices de crecimiento de las plantas, se obtuvieron rendimientos relativos de biomasa del 70% y el 50%, coeficientes de deficiencia de K de 35 y 22 bajo experimentos exhaustivos convencionales, y concentraciones de K en los tejidos de 40 g kg-1 y 15 g kg-1 bajo experimentos exhaustivos intensivos como valores críticos que representan diferentes tendencias de cambio. Además, el método de extracción utilizando 0,2 mol L-1 de tetrafenilboro sódico (NaTPB) sugirió tasas de liberación de K en el suelo de 12 mg kg-1 min-1 y 0,4 mg kg-1 min-1 como puntos de inflexión que ilustran tres tendencias de liberación diferentes. Así, el K disponible para las plantas en los suelos se clasificó en tres categorías: K disponible alto, K disponible medio y K disponible bajo, y también se propusieron criterios de clasificación y métodos de medición. Este trabajo ha aumentado nuestra comprensión de la biodisponibilidad del K en el suelo y tiene una aplicación directa en términos de evaluación rutinaria de los suelos agrícolas.

métodos de cartografía del suelo

IntroducciónNumerosos modelos medioambientales y socioeconómicos requieren parámetros del suelo como entradas para estimar y prever los cambios en nuestras condiciones de vida futuras. Sin embargo, la disponibilidad de datos sobre el suelo es limitada tanto a escala nacional como europea. O bien falta información sobre el suelo a la escala adecuada, o bien su significado no está bien explicado para una interpretación fiable, o bien la calidad de los datos es cuestionable [1]. Existen varias razones para trabajar en la evaluación de la distribución de este importante parámetro químico, tales como: el SOC es un indicador cuantificable de gran importancia para evaluar el estado de los suelos en Europa; el SOC es de gran interés para la elaboración de políticas medioambientales en Europa; existen conjuntos de datos de modelización comparables a nivel local/nacional y europeo; y la disponibilidad de conjuntos de datos auxiliares (covariables medioambientales) para la mejor aplicación de una plataforma de modelización.

La cartografía digital de los suelos (DSM) ha evolucionado como una disciplina que vincula las observaciones de campo, de laboratorio y de los suelos próximos con métodos cuantitativos para inferir en los patrones espaciales de los suelos a través de varias escalas espaciales y temporales. Los estudios utilizan varios enfoques para predecir las propiedades o clases de suelos, incluyendo métodos estadísticos univariantes y multivariantes, geoestadísticos e híbridos, y modelos basados en procesos que relacionan los suelos con las covariables ambientales considerando las dimensiones espaciales y temporales [2].

unidades cartográficas del suelo pdf

A, B y C representan el perfil del suelo, una notación acuñada por primera vez por Vasily Dokuchaev (1846-1903), el padre de la edafología; A es la capa superior del suelo; B es un regolito; C es un saprolito (un regolito menos erosionado); la capa inferior representa la roca madre.

La pedosfera interactúa con la litosfera, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera[1] El término pedolito, utilizado habitualmente para referirse al suelo, se traduce como piedra molida en el sentido de piedra fundamental, del griego antiguo πέδον ‘suelo, tierra’. El suelo se compone de una fase sólida de minerales y materia orgánica (la matriz del suelo), así como de una fase porosa que contiene gases (la atmósfera del suelo) y agua (la solución del suelo)[2][3] En consecuencia, los edafólogos pueden concebir los suelos como un sistema de tres estados: sólido, líquido y gaseoso[4].

El suelo es producto de varios factores: la influencia del clima, el relieve (elevación, orientación y pendiente del terreno), los organismos y los materiales madre del suelo (minerales originales) que interactúan a lo largo del tiempo[5]. Dada su complejidad y su fuerte conexión interna, los ecologistas del suelo lo consideran un ecosistema[6].

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