qué hacer cuando no sabes qué hacer en una relación

Ahora estás despegado, y aunque todavía no sepas exactamente hacia dónde vas, la Vida es capaz de corregir el rumbo a medida que avanzas por el simple hecho de que estabas dispuesto a ir más allá de tus miedos tomando algún tipo de acción.

“La vida tiene una forma graciosa y divertida de ayudarte, de ayudarte” – ¡Si se lo permites! Por un momento, deja de intentar salvarte a ti mismo. En lugar de eso, entra en tu interior y déjate ayudar. Así las acciones correctas serán impulsadas desde dentro. Muchas veces incluso la solución viene a ti sin que tengas que hacer nada. Esa es la magia de vivir en el flujo.

Sin embargo, aunque no necesito mucho dinero para sobrevivir, me preocupa cómo me alimentaré y pagaré mis facturas si pierdo mi trabajo, al tiempo que me entusiasma la perspectiva de dedicar más tiempo y energía a este camino.

“… Pensamientos como “qué haré, cómo me mantendré” y demás surgen de vez en cuando, pero sé sin lugar a dudas que esto es algo que tengo que hacer, independientemente de lo que ocurra, y no hay manera de que pueda averiguar nada de antemano, así que los intentos del ego por hacerlo se autodestruyen y no se afianzan en mi corriente de pensamiento”.

qué hacer cuando no se sabe qué hacer en una situación

La desconfianza puede extenderse por una relación como un incendio. La confianza de ambos miembros de la pareja son los pilares que sostienen una relación, y cuando se derrumban, se produce la desconexión. Esta es nuestra guía para construir la confianza y arreglarla cuando se rompe.

La desconfianza puede extenderse por una relación como un reguero de pólvora y puede ocurrir por etapas. En primer lugar, puedes dudar de tu pareja y sentirte inseguro sobre su fiabilidad. La duda, si no se resuelve, se convierte en sospecha con el tiempo. La sospecha es una creencia sin pruebas. Esto provoca ansiedad y sentimientos de aprehensión o malestar que a menudo pueden manifestarse físicamente (nerviosismo, aceleración de los latidos del corazón, ira, nudo en el estómago o incluso asco). Y cuando estás ansioso te vuelves temeroso, la desconfianza en este punto de la relación te impide ser abierto y vulnerable. Por último, cuando sientes miedo, entras en modo de autoprotección: te retraes, subes los muros e impides que tu pareja se acerque a ti.

La confianza de ambos miembros de la pareja son los pilares que sostienen una relación, y cuando se derrumban, se produce la desconexión. Cuando ya no puedes ser vulnerable con la otra persona, empiezas a experimentar cosas diferentes en tu relación.

qué hacer cuando no sabes qué hacer contigo mismo

¿No estás seguro de qué estudiar después del instituto? ¿Te sientes ansioso e inseguro? Créenos, no estás solo. De hecho, hemos realizado un estudio que ha revelado que aproximadamente el 15% de vosotros no tiene ni idea y el 57% tiene alguna idea, pero no realmente.

En todos los grupos de 12 años hay algunas personas que son capaces de desgranar su plan quinquenal y decirte exactamente dónde quieren acabar, lo que hace que te sientas bastante impresionado con ellos y bastante desanimado. Sin embargo, la verdad es que sólo el 28% de los estudiantes de 12 años tienen una idea clara de lo que quieren estudiar.

Así es, la friolera del 40% de los estudiantes, como tú, se arriesgan a elegir algo que les interesa, sin pensar demasiado en su futuro. De este modo, es probable que acabes en un lugar interesante, te lo pases bien y aprendas algo importante sobre ti mismo por el camino.

Los cursos con un amplio abanico de materias y las dobles titulaciones pueden ser un buen punto de partida si adoptas este enfoque. Algunos de ellos son:  Grados de artes, grados flexibles de ingeniería, grados generales de negocios y grados generales de ciencias.

cómo tomar una decisión cuando no sabes qué hacer

Sentirse vulnerable o abrumado puede ser una bandera roja, un momento en el que necesitamos hacer una pausa y pensar intencionadamente en cuál es el siguiente paso. De hecho, muchas empresas ofrecen ahora días de salud personal o mental, reconociendo la importancia del autocuidado, lo cual es fantástico. Pero ¿qué podemos hacer cuando no podemos tomarnos un tiempo o necesitamos avanzar en el momento? ¿Y si no queremos pedir ayuda? ¿Cómo podemos volver a encarrilarnos y salir de nuestras casillas?

Hay una gran cantidad de investigaciones basadas en pruebas que demuestran que hacer ejercicio mejora el estado de ánimo. Cuando haces ejercicio, tu cuerpo libera endorfinas que te dan un “subidón” natural. ¿Te has preguntado alguna vez por qué los corredores sonríen? Porque tienen un alto nivel de endorfinas.

Para conseguir un mayor impacto, haz ejercicio al aire libre, aprovechando la vitamina del sol: la vitamina D. Incluso un breve paseo alrededor de la manzana liberará serotonina y otras endorfinas. No hace falta sudar para despejar la mente: simplemente muévete.

¿Sabías que puedes sonreír para cambiar tu mente? Sonreír libera un grupo de hormonas del bienestar -endorfinas, dopamina y serotonina- que actúan como un analgésico natural y un antidepresivo para el cerebro. El simple acto de sonreír puede ayudar a cambiar tu perspectiva.

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