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Juan de herrera, república dominicana
Uno de los arquitectos españoles más destacados del siglo XVI, Herrera representa la cumbre del Renacimiento en España. Su estilo sobrio alcanzó su pleno desarrollo en edificios como el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El estilo herreriano recibió su nombre y fue representativo de la arquitectura del Imperio español de Felipe II y sus sucesores austriacos.
Juan de Herrera comenzó su carrera arquitectónica en 1561 con el Palacio Real de Aranjuez. En 1562 realizó también algunos dibujos para el Libro del saber de astronomía.
En 1563 comenzó a trabajar a las órdenes de Juan Bautista de Toledo en la construcción de El Escorial. Tras la muerte de Toledo en 1567, Herrera se convirtió en el arquitecto director de las obras, ampliando el plano, construyendo la monumental fachada occidental, la Basílica central y el pabellón del Patio de los Evangelistas, y modificando las técnicas constructivas y las cubiertas. Estilísticamente, cambió la imagen de las fachadas e introdujo su personal estilo sobrio de acuerdo con los deseos del rey Felipe. Las principales claves de su diseño son la impresionante composición horizontal unificada y el uso del granito desnudo, omitiendo los órdenes clásicos para las grandes superficies. Este estilo introducido en el monasterio influyó en la arquitectura española durante más de un siglo, llegando a conocerse como estilo herreriano.
H
como arquitecto del Escorial. Ambas pertenecen a la colección de grabados de ese edificio realizados en 1589, una vez terminada la construcción. Uno es una vista de pájaro que muestra el exterior del edificio; el otro es una perspectiva interior del altar mayor. Aunque ambos dibujos parecen ser rigurosos, la perspectiva exterior muestra una cúpula con un tambor, una cúpula y una linterna irrealmente altos. Este trabajo analiza ambos, junto con un tercero, un dibujo a vista de pájaro de la obra de un artista desconocido, conservado en Hatfield House (Inglaterra), contextualizándolos en el proceso de construcción del Escorial y en los conocimientos de Herrera sobre la perspectiva. El análisis sostiene que la representación alargada de la cúpula no fue un error causado por la dificultad de construir una perspectiva rigurosa o de representar formas curvas, sino que fue una elección deliberada del arquitecto para que la cúpula pareciera más alta y esbelta.
Es probable que los dibujos se terminaran a finales de 1584; el último testamento de Herrera contiene una orden de pago a Francisco de Mora, que había sido su ayudante en esa tarea (Cervera Vera 1954: p. 42). El dibujo original de Herrera para el Sexto Grabado se conserva en la Biblioteca Nacional de España; se desconoce el paradero de los restantes originales. En febrero de 1589, Herrera publicó el Sumario, que incluía una breve descripción del contenido de los dibujos y una amplia leyenda de las partes del edificio que representaban. Los grabados continuaron produciéndose hasta 1589, y el último está fechado en ese año. De las dos perspectivas incluidas en la colección, la vista de pájaro exterior (Séptimo Dibujo) fue grabada en 1587, y la perspectiva del altar mayor fue grabada en 1598, tras la muerte de Herrera en 1597 (Fig. 2).Fig. 2El Séptimo Dibujo y la Perspectiva del altar mayor del Escorial, dibujados por Juan de Herrera y grabados por Pedro Perret. Archivos digitales de la Biblioteca Nacional de España bibliotecadigitalhispanica.bne.es y Cervera Vera (1954)Imagen a tamaño completo
Vídeo presentación de la exposición “Mujeres en lucha” de
El Escorial, un pueblo de la sierra de Guadarrama, a 42 km al noroeste de Madrid, es la sede del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, un monasterio originalmente jerónimo pero ocupado desde 1885 por agustinos.
Felipe II quiso que se construyera un monasterio en El Escorial como lugar de enterramiento de todos los soberanos españoles a partir del emperador Carlos V; todos ellos han sido enterrados allí, a excepción de Felipe V, Fernando VI y Alfonso XIII. El Escorial, uno de los mayores establecimientos religiosos del mundo (unos 206 por 161 metros), fue iniciado en 1563 por Juan Bautista de Toledo, un arquitecto español del Renacimiento que había trabajado antes en Italia, y fue terminado tras su muerte en 1567 por Juan de Herrera.
Toledo es el responsable de la planta general del monasterio de El Escorial, que consiste en un gran rectángulo de tres partes, el centro ocupado por la iglesia. Al sur hay cinco claustros en los que se incluyen el palacio real y las oficinas; al norte están las dependencias de los monjes. Herrera revisó ampliamente los diseños, preparó nuevos planos para la iglesia (1572) y terminó el edificio en 1584. Los enormes muros del interior, aliviados únicamente por pilastras dóricas sin ninguna concesión a la riqueza decorativa, produjeron un monumento que era más austero de lo que el Renacimiento italiano había previsto. En el exterior, la escala gigantesca del monasterio y los severos muros de granito gris son imponentes. Allí, Herrera estableció su fama y el estilo herreriano, que prevalecería en España durante medio siglo.
FILIP II Y EL IMPERIO ESPAÑOL
En los años de guardia de Carlos V se formó en arquitectura, pero también en geometría, matemáticas, astronomía e incluso alquimia, materias que servirán para diseñar ingenios y herramientas aplicadas a la construcción.
Su influencia será tal que el estilo “herreriano” acabará definiendo la arquitectura de los Austrias, cuya influencia se extenderá por todo el Imperio español. Estilo fácil de reconocer en la simetría de los edificios o en las torres de pizarra, rematadas con linternas o chapiteles en los que se abren buhardillas y chimeneas.
La arquitectura renacentista española está marcada por el gusto purista y sobrio impuesto por la corte de Felipe II, firme partidario del Concilio de Trento que quiso que España liderara la oposición a la reforma de Lutero.
La demostración del poder del Imperio se materializará en la construcción del Real Monasterio de El Escorial, un proyecto colosal de gran peso simbólico, religioso y artístico, iniciado por Juan Bautista de Toledo en 1563 y que, a su muerte, continuará Juan de Herrera. Se trata de un conjunto con un exterior sobrio y una composición geométrica formada por una basílica, un panteón, un palacio y una biblioteca, todo ello rodeado de jardines.
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