las tres rs

Estas normas cambiarán nuestros hábitos de consumo para hacerlos más responsables y sostenibles para el medio ambiente. Se trata de luchar contra uno de los mayores problemas ecológicos actuales, el exceso de residuos y sus consecuencias para el planeta.

Reducir: se trata de reducir el consumo de energía y de bienes materiales. Con ello, no sólo reduciremos las materias primas utilizadas para fabricarlos, sino también el agua que se gasta, los bienes de consumo, las emisiones de CO2 y el consumo de energía (la utilizada para crearlos, transportarlos y distribuirlos).

Reutilizar: consiste en intentar que el producto dure lo máximo posible. Por lo tanto, antes de tirarlo y comprar uno nuevo intentaremos repararlo, si esto no es posible, habrá que intentar darle otro uso.

Reciclar: esta idea se refiere a tratar lo que tiramos de forma que podamos obtener nuevos productos y guardar los materiales que podamos utilizar en el futuro. De esta forma, no dañaremos el medio ambiente al eliminarlos, ya que al intentar eliminar un objeto se emiten gases y sustancias tóxicas para la naturaleza.

cuáles son las tres “r” de la conservación

Hace ya varios años que escuchamos hablar del triángulo ecológico o de la regla de las tres “R”. Fue en la Cumbre del G8 de 2004 donde se fijó la iniciativa de las 3R para los programas internacionales. Las cumbres y reuniones ministeriales posteriores pusieron este tema sobre la mesa y se debatió cómo poner en marcha acciones de aplicación a nivel mundial. Pero lo cierto es que el actual sistema productivo y económico implica la generación de cada vez más residuos.

Aunque la mayor parte de los residuos y la contaminación son generados por las grandes empresas transnacionales y el sector industrial, nosotros, a nivel doméstico, podemos influir en los patrones de consumo. Así, es necesario ser capaces de aplicar las 3R en nuestra actividad diaria para generar menos residuos domésticos. Y en este sentido debemos tener el orden de prioridades de este triángulo ecológico.

En contra de lo que creen muchas personas y organizaciones, el reciclaje no es la clave de este sistema. Las campañas de residuos se centran en el reciclaje, pero hay que destacar que el mejor residuo es el que no se produce. Como explica el profesor José David Lara González, demasiadas veces se ha reducido el triángulo del límite del “reciclaje” como si fuera la única respuesta importante para los conflictos medioambientales. “El triángulo está jerarquizado y sin este orden, reducir y reutilizar son más limpios y más importantes que el reciclaje.El reciclaje es la tercera opción.En un caso hipotético idealizado, si la reducción se hace y la reutilización es posible que el reciclaje no sea necesario: se puede minimizar o incluso puede que ya no sea necesario”, explica Lara González en el artículo “Reducir, Reutilizar y Reciclar”.

beneficios de las 3 r’s

Entre los muchos “tipos de oportunidades para comprometerse eficazmente con los que puede tener que trabajar el personal de un servicio, hay uno que destaca por necesitar una atención especial y un enfoque particular, en la formulación de los PIEs 2.0. Se trata del entorno social que se crea dentro de los propios servicios.

No se trata tanto de la forma de utilizar los edificios, sino del funcionamiento del propio servicio: la vida social y la estructura social del servicio.    Los servicios tienen mucho más control sobre estas áreas que sobre cualquier otra; y estas áreas parecen tan significativas, como un tipo especial de “espacios de oportunidad”, que en los PIEs 2.0 se les da un título propio. (Esto también era una cuestión práctica: significa que no tenemos que tener los seis elementos en el tema “espacios”, mucho más que cualquier otro).

Este trío de “normas, funciones y respuestas” pretende centrarse en estas expresiones inmediatas y prácticas del funcionamiento de un servicio, especialmente con los clientes, pero también con su propio personal y con otras agencias. En conjunto, solemos llamarlos “las tres R”.

cómo podemos aplicar las 3 erres en nuestra vida cotidiana

Las 3 R del medio ambiente -reducir, reutilizar y reciclar- existen desde hace tiempo, pero mucha gente se ha vuelto negligente a la hora de seguirlas. Tal vez el Consejo de Publicidad de Guerra lo dijo mejor en 1944 al promover la conservación del gas, el caucho, la seda y otros recursos escasos.

Cada año, los estadounidenses tiran 50.000 millones de latas de comida y bebida, 27.000 millones de botellas y tarros de vidrio y 65 millones de tapas de tarros y latas de plástico y metal. Más del 30% de nuestros residuos son materiales de embalaje. ¿Adónde va a parar todo esto? Alrededor del 85% de nuestra basura se envía a un vertedero, aunque nos estamos quedando rápidamente sin espacio.

Las empresas de productos de consumo siempre nos están vendiendo una nueva factura. Algunos creen que podemos comprar para conseguir un planeta más sano y feliz. A lo largo de los años, los anunciantes nos han dicho que los coches chulos nos harían libres y que los refrescos dietéticos nos harían populares. Pero hay cosas que el dinero -y la publicidad- no pueden comprar, y un medio ambiente limpio es una de ellas. Lo cierto es que el calentamiento global, la deforestación y otros males de la Tierra no pueden resolverse cambiando de marca.

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