Que es un atril

Podio y atril

Un atril es un pupitre de lectura con la parte superior inclinada, en el que se colocan documentos o libros como soporte para la lectura en voz alta, como en una lectura de las escrituras, una conferencia o un sermón. Un atril suele estar sujeto a un soporte o fijado a alguna otra forma de apoyo. Para facilitar el contacto visual y mejorar la postura de cara al público, los atriles pueden tener una altura y una inclinación ajustables. Las personas que leen desde un atril, llamadas lectores, suelen hacerlo de pie.

En el uso premoderno, la palabra atril se utilizaba para referirse específicamente al “pupitre o atril de lectura… desde el que se cantan o leen las lecciones de las Escrituras (lectiones)”[1] Un diccionario de 1905 afirma que “el término se aplica propiamente sólo a la clase mencionada [atriles de la iglesia] como independiente del púlpito”. “[2] Sin embargo, en la década de 1920, el término se utilizaba en un sentido más amplio; por ejemplo, en referencia a un servicio conmemorativo en el Carnegie Hall, se afirmaba que “el atril desde el que hablaban los oradores estaba envuelto en negro”[3].

Los atriles utilizados en el mundo académico -generalmente en las salas de seminarios y los teatros de conferencias- pueden tener ciertas características de las que carecen los atriles comunes, según la sofisticación tecnológica del lugar. Estas características suelen incluir un soporte para el micrófono, controles audiovisuales y, a veces, incluso un ordenador integrado y un sistema de grabación. Los atriles de este tipo suelen estar unidos o integrados en una mesa grande, ya que la cantidad de material de apoyo suele ser mayor en contextos académicos que en charlas públicas sencillas.

Cómo se pronuncia atril

Un atril es un pupitre de lectura con la parte superior inclinada, sobre la que se colocan documentos o libros como soporte para la lectura en voz alta, como en una lectura de las escrituras, una conferencia o un sermón. El atril suele estar unido a un atril o fijado a algún otro tipo de soporte. Para facilitar el contacto visual y mejorar la postura de cara al público, los atriles pueden tener una altura y una inclinación ajustables. Las personas que leen desde un atril, llamadas lectores, suelen hacerlo de pie.

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En el uso premoderno, la palabra atril se utilizaba para referirse específicamente al “pupitre o atril de lectura… desde el que se cantan o leen las lecciones de las Escrituras (lectiones)”[1] Un diccionario de 1905 afirma que “el término se aplica propiamente sólo a la clase mencionada [atriles de la iglesia] como independiente del púlpito”. “[2] Sin embargo, en la década de 1920, el término se utilizaba en un sentido más amplio; por ejemplo, en referencia a un servicio conmemorativo en el Carnegie Hall, se afirmaba que “el atril desde el que hablaban los oradores estaba envuelto en negro”[3].

Los atriles utilizados en el mundo académico -generalmente en las salas de seminarios y los teatros de conferencias- pueden tener ciertas características de las que carecen los atriles comunes, según la sofisticación tecnológica del lugar. Estas características suelen incluir un soporte para el micrófono, controles audiovisuales y, a veces, incluso un ordenador integrado y un sistema de grabación. Los atriles de este tipo suelen estar unidos o integrados en una mesa grande, ya que la cantidad de material de apoyo suele ser mayor en contextos académicos que en charlas públicas sencillas.

Sinónimo de atril

Un atril es un pupitre de lectura con la parte superior inclinada, sobre la que se colocan documentos o libros como soporte para la lectura en voz alta, como en una lectura de las escrituras, una conferencia o un sermón. El atril suele estar unido a un atril o fijado a alguna otra forma de soporte. Para facilitar el contacto visual y mejorar la postura de cara al público, los atriles pueden tener una altura y una inclinación ajustables. Las personas que leen desde un atril, llamadas lectores, suelen hacerlo de pie.

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En el uso premoderno, la palabra atril se utilizaba para referirse específicamente al “pupitre o atril de lectura… desde el que se cantan o leen las lecciones de las Escrituras (lectiones)”[1] Un diccionario de 1905 afirma que “el término se aplica propiamente sólo a la clase mencionada [atriles de la iglesia] como independiente del púlpito”. “[2] Sin embargo, en la década de 1920, el término se utilizaba en un sentido más amplio; por ejemplo, en referencia a un servicio conmemorativo en el Carnegie Hall, se afirmaba que “el atril desde el que hablaban los oradores estaba envuelto en negro”[3].

Los atriles utilizados en el mundo académico -generalmente en las salas de seminarios y los teatros de conferencias- pueden tener ciertas características de las que carecen los atriles comunes, según la sofisticación tecnológica del lugar. Estas características suelen incluir un soporte para el micrófono, controles audiovisuales y, a veces, incluso un ordenador integrado y un sistema de grabación. Los atriles de este tipo suelen estar unidos o integrados en una mesa grande, ya que la cantidad de material de apoyo suele ser mayor en contextos académicos que en charlas públicas sencillas.

Para qué sirve un atril

Un atril es un pupitre de lectura con la parte superior inclinada, sobre la que se colocan documentos o libros como soporte para la lectura en voz alta, como en una lectura de las escrituras, una conferencia o un sermón. Un atril suele estar sujeto a un soporte o fijado a alguna otra forma de apoyo. Para facilitar el contacto visual y mejorar la postura de cara al público, los atriles pueden tener una altura y una inclinación ajustables. Las personas que leen desde un atril, llamadas lectores, suelen hacerlo de pie.

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En el uso premoderno, la palabra atril se utilizaba para referirse específicamente al “pupitre o atril de lectura… desde el que se cantan o leen las lecciones de las Escrituras (lectiones)”[1] Un diccionario de 1905 afirma que “el término se aplica propiamente sólo a la clase mencionada [atriles de la iglesia] como independiente del púlpito”. “[2] Sin embargo, en la década de 1920, el término se utilizaba en un sentido más amplio; por ejemplo, en referencia a un servicio conmemorativo en el Carnegie Hall, se afirmaba que “el atril desde el que hablaban los oradores estaba envuelto en negro”[3].

Los atriles utilizados en el mundo académico -generalmente en las salas de seminarios y los teatros de conferencias- pueden tener ciertas características de las que carecen los atriles comunes, según la sofisticación tecnológica del lugar. Estas características suelen incluir un soporte para el micrófono, controles audiovisuales y, a veces, incluso un ordenador integrado y un sistema de grabación. Los atriles de este tipo suelen estar unidos o integrados en una mesa grande, ya que la cantidad de material de apoyo suele ser mayor en contextos académicos que en charlas públicas sencillas.

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