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El futuro del diésel
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París – La Comisión Europea ha desvelado sus planes para acelerar su apuesta por la neutralidad del carbono, que prohíbe de hecho la venta de coches nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035. ¿Qué significará esto para los conductores?
Julia Poliscanova, que dirige el trabajo sobre vehículos y electrificación en el grupo de presión europeo Transporte y Medio Ambiente, dijo que la medida de la UE no bloquea los vehículos de gasolina y diésel en sí de las carreteras.
El año pasado se aceleró la transición hacia los vehículos eléctricos, gracias a que las autoridades elevaron la vara normativa y ofrecieron zanahorias de fondos públicos para apoyar la inversión y la investigación.
En septiembre, la UE contaba con 250.000 estaciones de recarga públicas, según el Tribunal de Cuentas Europeo. Pero se trataba en su mayoría de cargadores lentos, de uso complicado y concentrados en determinados países.
¿Cuándo se prohibirán los coches de gasolina en Europa?
La Comisión Europea presentó el miércoles (14 de julio) una propuesta que prohibirá la venta de vehículos de gasolina y diésel en la UE a partir de 2035, como parte de su enorme conjunto de legislación revisada sobre el clima y la energía, el llamado paquete “Fit-for-55”.
“La nueva normativa de la UE democratizará los coches eléctricos y dará un gran impulso a la recarga, lo que significa que los coches limpios serán pronto asequibles y fáciles de cargar para millones de europeos”, dijo William Todts, director ejecutivo de la ONG Transport & Environment.
“De lo que se trata es de evitar la quema de combustibles fósiles en el futuro y fomentar el uso de combustibles renovables. Esto requiere una combinación de tecnologías orientada al futuro y no una apuesta por una única tecnología que supuestamente es la única solución”, dijo Ralf Diemer, director general de la Alianza eFuels, que representa a más de 100 empresas del sector.
“La transición a los vehículos eléctricos está siendo mucho más rápida de lo que nadie había previsto, pero… la infraestructura de recarga debe estar ahí”, admitió el comisario de la UE para el Green Deal, Frans Timmermans.
El futuro de los motores diesel
Pero hay un problema más amplio y de mayor trascendencia que se ha eludido o se ha insinuado de forma indirecta. Digámoslo: La promoción europea de los vehículos diésel como opción de transporte ecológico ha sido un desastre hasta ahora, por razones que van mucho más allá del escándalo de Volkswagen.
Desde la década de 1990, los gobiernos europeos han animado a los conductores a comprar coches diésel como alternativa a los vehículos tradicionales de gasolina. La justificación era sencilla: Los motores diésel utilizan el combustible de forma más eficiente, por lo que se suponía que el cambio reduciría las emisiones de dióxido de carbono y ayudaría a evitar el calentamiento global. Gracias a las exenciones fiscales y otros incentivos, los coches diésel representan ahora un tercio del parque automovilístico europeo:
Uno de los principales inconvenientes de los coches diésel es que pueden emitir niveles más altos de otros contaminantes atmosféricos nocivos como las partículas y los óxidos de nitrógeno. Y éstos acaban siendo mucho más difíciles de limpiar de lo que los expertos preveían inicialmente. Ahora sabemos que los organismos reguladores europeos han fracasado estrepitosamente en el control de la contaminación por diésel, basándose en normas débiles y procedimientos de ensayo poco rigurosos. Muchísimos fabricantes de automóviles -no sólo Volkswagen- han fabricado coches diésel que emiten mucha más suciedad de la que se supone. Es una de las razones por las que ciudades como Londres y París siguen obstruidas con niveles insalubres de contaminación atmosférica, causando miles de muertes prematuras cada año.
Prohibición del diésel en Europa
El nuevo proyecto de reglamento elaborado por la Comisión Europea prevé la prohibición de la venta de vehículos con motor de combustión a partir de 2035. Si se aprueba, en 14 años todos los coches nuevos de Europa serán completamente de cero emisiones, eléctricos o de hidrógeno. Esto significa también que el desarrollo de tecnologías de automoción ecológicas y la ampliación de la infraestructura de recarga de esos vehículos tendrán que acelerarse considerablemente.
La industria automovilística lleva años preparándose para las muy restrictivas limitaciones derivadas de la estrategia medioambiental adoptada por la Unión Europea. El objetivo para 2030 es reducir las emisiones de CO2 en al menos un 55% respecto a 1990 y, en última instancia, que la Unión Europea alcance la neutralidad climática en 2050. El sector del automóvil no sólo produce coches con motor de combustión que cumplen requisitos de emisiones cada vez más estrictos, sino que también aumenta la proporción de coches eléctricos e híbridos.
Al mismo tiempo, se están produciendo menos coches diésel debido a los límites. Algunos fabricantes declaran que no desarrollarán más la siguiente generación de diésel o incluso que dejarán de producirlos en un futuro próximo. Además, desde hace algún tiempo se prohíbe la entrada de coches con motor diésel en determinadas zonas de Europa. Todo esto se traduce en una caída constante de las ventas de coches diésel y puede suponer su retirada de la oferta de algunos fabricantes incluso antes de 2035.
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