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Apellido más común en España
Cuando los genealogistas e historiadores investigan a sus antepasados y familias con apellidos españoles, pueden encontrarse con convenciones, tradiciones y costumbres sobre los nombres que difieren de las familias de habla inglesa. Aunque hay variaciones en diferentes lugares, períodos de tiempo y familias, este artículo destaca dos de las diferencias más comunes que los investigadores pueden encontrar.
Una de las principales diferencias que encuentran los investigadores es el número de apellidos. En España y los países hispanoamericanos, excepto Argentina, cada persona tiene dos apellidos. Tradicionalmente, el primer apellido es paterno y proviene del padre, mientras que el segundo apellido es materno y proviene de la madre. En los últimos años, algunos países han permitido a los padres alterar el orden de los apellidos de sus hijos, pero en los registros históricos los apellidos paternos suelen preceder a los maternos. Algunos de los registros españoles de Arizona, California, Colorado, Florida, Nuevo México, Puerto Rico y Texas pueden utilizar dos apellidos, aunque esto varía según la época.
El certificado de defunción de Esperanza Hernández Rivera de Delicias, Chihuahua, México, es un excelente ejemplo. En el certificado se utiliza “apellido”, la palabra española para designar el apellido o el nombre de la familia en inglés. Hernández es el apellido paterno que Esperanza heredó de su padre y Rivera es el apellido materno que heredó de su madre. El vocabulario puede variar en los registros y los investigadores pueden ver “paternal/maternal surname” o “first/second surname” o simplemente “apellidos” en plural.
Apellidos españoles
Este sistema de nomenclatura fue institucionalizado por la Iglesia en el siglo XVI, y ha ido evolucionando desde entonces. En el siglo XIX, la tradición de dar dos apellidos (paterno y materno) a los hijos se convirtió en ley.
El sistema de nomenclatura español es un poco menos sexista que el de otros países, donde la mujer toma tradicionalmente el apellido del marido al casarse, y donde el niño sólo tiene el apellido del padre.
Otros apellidos españoles tienen su origen en el oficio de un antepasado, como “Sastre”, “Botero”, “Tejedor”, o en su condición social como “Duque”, “Escudero”, “Soldado”.
En España, los apellidos compuestos tienen su origen en la Edad Media. Las familias nobles solían combinar sus apellidos con los de los señores o con el nombre del lugar del que procedían. Asimismo, a veces se utilizaban apellidos compuestos si una mujer tenía un linaje noble para que su apellido se mantuviera en futuras generaciones.
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Apellidos latinos
El español es una de las lenguas más vivas de todas, por lo que no es de extrañar que los apellidos españoles sean los mismos. Tanto si eres un escritor que está creando un personaje hispano como si buscas el origen de tu propio apellido, esta lista de apellidos españoles seguro que te dará respuestas.
Los apellidos españoles empezaron a surgir en torno al siglo XII como forma de distinguir entre hombres con el mismo nombre. En épocas anteriores, los nombres y apellidos solían indicar dónde vivía alguien, quiénes eran sus padres o qué oficio ejercía. En este sentido, los nombres se consideraban muy necesarios y prácticos. Hoy en día, los orígenes de los apellidos se dividen en cuatro categorías: patronímicos y matronímicos, geográficos, ocupacionales o descriptivos.
Los apellidos más comunes son los patronímicos o matronímicos, es decir, los que provienen del padre (patronímico) o de la madre (matronímico) de un individuo. Los apellidos terminados en “ez”, “az”, “iz” y “oz” son habituales en la cultura española y ello se debe a que estos sufijos significan “hijo de”. Normalmente estas terminaciones se asocian a nombres patronímicos o matronímicos. Por ejemplo, “Pedro Álvarez”, técnicamente significa Pedro, el hijo de Álvaro.
Apellidos españoles detrás del nombre
Los nombres españoles suelen estar formados por un nombre (simple o compuesto[a]) seguido de dos apellidos. Históricamente, el primer apellido era el del padre y el segundo el de la madre. En los últimos años, en España, el orden de los apellidos de una familia se decide en el momento de inscribir al primer hijo, pero se elige casi universalmente el orden tradicional (99,53% de las veces)[2].
Cada apellido también puede ser compuesto, y las partes suelen ir unidas por la conjunción y o e (y), por la preposición de (de), o por un guión. Por ejemplo, el nombre de una persona puede ser Juan Pablo Fernández de Calderón García-Iglesias, compuesto por un nombre (Juan Pablo), un apellido paterno (Fernández de Calderón) y un apellido materno (García-Iglesias).
Cuando el primer apellido es muy común, como el de García en el ejemplo anterior, no es raro que se haga referencia a una persona formalmente utilizando ambos apellidos, o casualmente sólo por su segundo apellido. Por ejemplo, José Luis Rodríguez Zapatero (elegido presidente del Gobierno español en las elecciones generales de 2004 y 2008) suele llamarse simplemente Zapatero, nombre que heredó de su familia materna, ya que Rodríguez es un apellido común y puede resultar ambiguo. Lo mismo ocurre con otro ex dirigente socialista español, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el poeta y dramaturgo Federico García Lorca y con el pintor Pablo Ruiz Picasso. Como los apellidos paternos de estas personas son muy comunes, a menudo se hace referencia a ellos por sus apellidos maternos (Rubalcaba, Lorca, Picasso). No obstante, sería un error indexar a Rodríguez Zapatero con la Z o a García Lorca con la L. (Picasso, que pasó la mayor parte de su vida adulta en Francia, se indexa normalmente con la “P”).
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