Beneficios de la cocaina

Lo que hay que saber sobre la cocaína

Bentzley declara haber recibido honorarios personales de Owl Insights al margen del trabajo presentado. Uno de los autores del estudio declara haber recibido honorarios personales de Ad-Tech Medical, Boston Scientific, Medtronic y NeuroPace y tener una patente en trámite para un tratamiento de los trastornos de pérdida de control al margen del trabajo presentado. Los demás autores no informan de ninguna revelación financiera relevante.

Bentzley declara haber recibido honorarios personales de Owl Insights al margen del trabajo presentado. Un autor del estudio declara haber recibido honorarios personales de Ad-Tech Medical, Boston Scientific, Medtronic y NeuroPace y tener una patente pendiente para un tratamiento de los trastornos de pérdida de control fuera del trabajo presentado. Los demás autores no informan de ninguna revelación financiera relevante.

“Los metaanálisis de los programas de gestión de contingencias, que comprenden el refuerzo positivo de la abstinencia de drogas, han indicado resultados beneficiosos; sin embargo, estos análisis se han limitado a estudios con poblaciones distintas, estudios con grupos de comparación específicos o estudios que examinaron exclusivamente las intervenciones de gestión de contingencias”, escribieron Brandon S. Bentzley, MD, PhD, del departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Universidad de Stanford, y sus colegas. “Además, los líderes en el campo de los trastornos por consumo de sustancias siguen clasificando el manejo de contingencias como un tratamiento con beneficios limitados, lo que hace que su papel comparativo en el tratamiento del trastorno por consumo de cocaína no esté claro”.

¿Qué sabes de los beneficios de la cocaína?

Tras el aislamiento de la cocaína a partir del extracto de las hojas de coca a finales del siglo XVIII por Albert Neiman, se han evaluado las propiedades anestésicas locales de la droga. Se cree que el efecto anestésico de la cocaína es el resultado del bloqueo reversible de la conducción del impulso nervioso por la prevención del movimiento de iones de sodio dentro de la membrana celular. Los numerosos efectos no deseados, sin embargo, son el resultado de la estimulación adrenérgica mediante la prevención de la captación de noradrenalina (norepinefrina). El uso clínico de la cocaína en la era moderna se asocia principalmente con procedimientos quirúrgicos que implican la manipulación de las membranas mucosas, en particular las del tracto respiratorio superior. Recientemente, debido a los problemas relacionados con el potencial de uso ilícito y los efectos adversos, se han investigado regímenes alternativos. En algunos contextos, éstos han sido superiores a la cocaína. Se justifica la realización de más estudios que comparen diversos regímenes anestésicos.

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Neurociencia de 2 minutos: Efectos de la cocaína

La cocaína es un estimulante poderosamente adictivo que afecta directamente al cerebro. La cocaína ha sido etiquetada como la droga de los años 80 y 90, debido a su gran popularidad y uso durante este periodo. Sin embargo, la cocaína no es una droga nueva. De hecho, es una de las drogas más antiguas que se conocen. El producto químico puro, el clorhidrato de cocaína, se consume desde hace más de 100 años, y las hojas de coca, la fuente de la cocaína, se ingieren desde hace miles de años.

Existen básicamente dos formas químicas de la cocaína: la sal de clorhidrato y la “base libre”. La sal de clorhidrato, o forma en polvo de la cocaína, se disuelve en agua y, cuando se abusa de ella, puede tomarse por vía intravenosa (en vena) o intranasal (en la nariz). La base libre se refiere a un compuesto que no ha sido neutralizado por un ácido para hacer la sal de clorhidrato. La forma de base libre de la cocaína es fumable.

La cocaína se vende generalmente en la calle como un polvo fino, blanco y cristalino, conocido como “coke”, “C”, “snow”, “flake” o “blow”. Los traficantes callejeros suelen diluirla con sustancias inertes como el almidón de maíz, los polvos de talco y/o el azúcar, o con drogas activas como la procaína (un anestésico local químicamente relacionado) o con otros estimulantes como las anfetaminas.

La mente importa: La respuesta del cuerpo a la cocaína

Estas evaluaciones no midieron la eficacia en la reducción del consumo de cocaína; normalmente, los que consumen cocaína no empiezan a hacerlo hasta mucho después de los primeros años de la adolescencia, y después de que las evaluaciones hayan dejado de recoger datos. Sin embargo, se disponía de datos sobre el consumo de una droga más común entre los adolescentes: la marihuana. Y se sabe por la Encuesta Nacional de Hogares sobre el Abuso de Drogas (NHSDA) que quienes se inician en el consumo de marihuana más tarde tienen menos probabilidades de consumir cocaína. Además, según la encuesta, los que sí consumen cocaína son propensos a consumir cantidades más pequeñas a lo largo de su vida. Por último, es muy poco probable que los que nunca se inician en el consumo de marihuana consuman alguna vez cocaína, y los pocos que la consumen lo hacen en cantidades relativamente pequeñas.

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Los investigadores supusieron que, de las reducciones en la iniciación al consumo de marihuana comunicadas a lo largo de las evaluaciones del programa, la mitad eran permanentes (es decir, estos estudiantes nunca consumirían marihuana) y la otra mitad representaban retrasos hasta el final de la adolescencia. A continuación, los investigadores utilizaron las relaciones entre la marihuana y la cocaína de la encuesta de hogares para “traducir” estas prevenciones y retrasos en reducciones porcentuales del consumo de cocaína a lo largo de la vida. Digamos, por ejemplo, que un joven de 14 años está a punto de empezar a consumir marihuana y un programa de prevención consigue que se retrase hasta los 18 años. Se deduciría entonces que su consumo final de cocaína disminuirá en el mismo porcentaje que la encuesta de hogares ha mostrado que el consumo de cocaína cae entre los que se inician en la marihuana a los 14 años y los que lo hacen a los 18. Pero la estimación de la reducción del consumo agregado de cocaína así derivada es sólo una inicial. Para llegar a la definitiva, los investigadores tuvieron en cuenta otros dos factores que tenderían a disminuir la estimación y otros dos que tenderían a aumentarla:

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